2. ' Secuestros dos por uno '

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Secuestros dos por uno


—Actúa con normalidad Jerome, si te preguntan algo, viniste conmigo —dice el calvo que camina delante de mí.

Asiento y lo sigo hasta que abre la puerta, al entrar escucho un montón de voces, hay bastantes personas aquí platicando de muchas cosas, cierro e intento observar lo más que puedo.

—Estos son los verdaderos guardianes, lo mejor de lo mejor —asegura.

Saluda a alguien más, pero mis ojos se clavaron una cara bastante conocida, al parecer ella también me ve, ya que prefiere darme la espalda.

—Con permiso, Larry —digo y me alejo de él.

Me dedica una mirada confundida, pero lo paso por alto y voy tras de mi objetivo, paso detrás de ella que parecer tener una plática bastante interesante con su grupito de personas.

—¿Conque este es el club de lectura? —la cuestione.

Lila suelta una risa nerviosa y se disculpa con quien sea que está platicando, para después llegar a mi lado.

—Si me descubren, te arranco las bolas —advirtió.

—Tú harás que me descubran —devolví.

—Lindo bigote, por cierto ¿qué se supone que eres, un asesino griego? —se burla.

Suelto una risa despectiva ante su comentario.

—Para que lo sepas, es pelo de caballo de primera, y la verdadera pregunta es: ¿qué haces aquí, Nancy? —la cuestione.

Tenía puesta una peluca y un vestido rojo, ambos poco usuales en ella, además del papel pegado en el pecho que tenía con su nombre falso.

—Sólo diré que la transición de trabajar como asesina a tener que cuidar a tres niños pequeños y un esposo robusto no es fácil necesitaba salir de casa ¿entiendes? —explicó.

Le dediqué una mirada de desconfianza, eran varias veces en el pasado me la había encontrado en lugares donde se supone que ella no debía estar.

—No me convences.

—Vi el anuncio y lo aproveché, hacer terapia es más caro que esto y además aquí no tan están locos —aseguró.

Mi intento de cuestionarla se fue a la mierda cuando alguien ordenó sentarnos, ambos elegimos un lugar a lado del otro, al enemigo siempre es mejor tenerlo cerca, antes de sentarnos observo que dos personas acaban de llegar, una pareja de ancianos que pudieran pasar inofensivos.

—¿Quiénes son? —dudé.

—¿No oíste hablar de Gene y Jean? ¿Seguro que trabajas para la CIA? —me cuestiona.

Le dedico una mala mirada.

—Sólo dime quiénes son.

—Tranquilo, Gane y Jean son los que crearon la primera sede en Clovis, Nuevo México, desde entonces se expandió a nivel global —explicó.

Sempiterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora