19
Vera... ¿y Ben?
—¿Qué es lo que quieren?
La mujer que huele a oveja habla primero que su esposo.
—Al chico y a su novia —respondió papá.
—Adelante, están adentro, pero primero necesitarán el permiso de cada uno de ellos —ironizó el anciano, mientras señalaba a la multitud de gente que bloqueaba la entrada del centro comercial.
Eran un muro de gente armada, contra un anciano y un poder de rayos curiosos, claramente no llevábamos las de ganar.
—No tiene que ser unánime Gene, podemos acordar una mayoría simple para ser más justos —murmuró Jean.
—Es una pérdida de tiempo, deberíamos matarlos a todos —exclamó papá.
—No estás colaborando —murmure entre dientes.
—Típico —soltó Gean.
—¿Disculpa? —cuestionó papá, bastante indignado.
—Todo lo que sale de tu boca es una perla perfecta ¿no? No se puede cuestionar porque tú lo sabes todo, clásico pensamiento de hombre —aseguró este.
Los tres le dedicamos una mirada de confusión.
—Soy un hombre —admitió papá aun muy confundido—, igual que tú.
Un momento de silencio invade el aura y la sonrisa de Gean lo hace más incómodo aún.
—¿Por qué mejor no dan la vuelta y se van por donde vinieron? —soltó Jean.
—No eres capaz ni de considerar la opinión de los demás o de respetar sus deseos —atacó Gean.
Al parecer ese hombre tenía algo personal contra papá, algo tan personal que hasta a su misma esposa le estaba pareciendo demasiado extraño.
—¿De qué hablas? —preguntó papá.
—¿Podemos volver a lo de mi hermano? —exigí.
Parecían un matrimonio y Jean y yo éramos extras en su platica.
—Ni en los sueños se lo van a llevar —aseguró Jean.
—¡Y jamás escuchas! —nuevamente Gean hacia papá—. Pero ahora que tengo tu atención, harás las cosas a mi modo a partir de ahora —aseguró.
Los tres lo mirábamos con la boca abierta, así que papá se da la vuelta y no me queda otra opción más que regresar al auto con él.
—Eso fue raro —murmure.
—Por primera vez estamos completamente de acuerdo —comentó papá—, ¿y ahora? ¿Tienes un plan B? —cuestionó.
—Si, pero no creo que te vaya a agradar mucho —advertí.
Five.
—Todo parece normal, al parecer evitaron la purga sin nosotros.
Lila suspira nerviosa y clava la mirada en la puerta de su casa.
—¿Qué tienes? —pregunté.
Ella me dedica una mirada aún más nerviosa e incluso sus manos tiemblan como nunca antes.
—Pues llevo siete años sin ver a mis hijos Five, tengo miedo —murmuró.
—¿Miedo de qué? —indague.
No quería que sus nervios delataran lo que pasó, no ahora que estoy dispuesto a recuperar a Vera.
—De que ya no me amen como antes —soltó.
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Sempiterno.
Teen FictionSi algo está destinado a ser, será. Si hay algo que tenga que pasar, pasará. No podemos cambiar el pasado, porque dañariamos el futuro, no podemos cambiar el futuro, porque dañariamos el presente. Y, ¿qué pasa si ya no hay una solución? ¿Qué pasa c...