10. ' Chocolates y preguntas '

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Chocolates y preguntas.

—¡No vengo armada!

El Five de esta línea temporal no había dejado de apuntarme, pero ahora no disparaba.

—¿Qué quieres? —preguntó.

Poco a poco salió de su escondite tras las rocas.

—No voy a atacarte, quiero hablar contigo —comenté.

Tenía las manos arriba, para que viera que venía en son de paz, Five me juzga con la mirada, pero no deja de apuntarme en ningún momento.

—¿Y el otro? —cuestionó.

—Tomó el tren y se fue —respondí.

—Aquí no hay trenes —asegura e intenta disparar.

La luz azul brilla en mi pecho y él se detiene.

—No quiero hacerte daño, quiero hablar contigo —repetí.

Five me escanea, como si algo en mí le pareciera familiar.

—¿Cómo te llamas? —preguntó.

—Vera Hargreeves —respondí.

El Hargreeves era agregado, la realidad es que no tenía apellido.

—¿Vera?

—De eso quiero hablar, ¿cuántas versiones tuyas pueden existir en el tiempo? —pregunté.

Five me mira como si no entendiera mi pregunta.

—Muchísimas.

—Gracias, me ayudas bastante —ironice.

Five carga la pistola y yo sigo con las manos arriba.

—Controla la luz azul de tu pecho o voy a disparar —amenazó.

—No puedo controlarla, acabo de recuperar mi poder y...

—¿Recuperar? —dudó.

Esta versión no sabe que más adelante pierde los poderes y se reinicia el mundo.

—Te respondo si tú lo haces —ofrecí.

Aleja sus ojos del arma y frunce el ceño, y la luz decide ceder ya que poco a poco pierde intensidad.

—¿Estás intentando negociar conmigo?

Meto las manos en mis bolsillos implorando al cielo y tenga algo para ofrecerle, siento las barras de chocolate que tome de la entrada del restaurante y suspiro aliviada.

—Te ofrezco este chocolate a cambio de tus respuestas —le extendí las barras para que él las viera.

Five bajo el arma y el deseo en sus ojos lo consumía.

—¿Segura?

—Todas tuyas —respondí.

—¿Qué quieres? —cuestionó.

Sonreí victoriosa.

—Se supone que tú eres la versión que salta en el tiempo y regresa conmigo, ¿qué haces aquí? —pregunté.

—He estado haciendo los cálculos para saltar, pero aún no logro hacerlo —responde.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí?

—Una pregunta por barra —cortó.

Abrí los ojos enormemente, regresé las otras dos barras a mi bolsillo y partí una a la mitad para dársela.

Sempiterno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora