𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒

285 21 0
                                    

𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐁𝐄𝐒𝐎

ღღღ

Amelia

Desde nuestra primera conversación, mi vida se había llenado de un brillo nuevo gracias a Alexia. A pesar de las responsabilidades que pesaban sobre mis hombros, sus palabras y su apoyo me brindaban la fuerza necesaria para seguir adelante. Sin embargo, sabía que si quería explorar esta conexión más allá de las palabras, debía tomar un riesgo. Y así fue como surgió la idea de una escapada secreta a la costa catalana.

Una tarde, después de una reunión particularmente agotadora, tomé mi teléfono y llamé a Alexia. Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba que contestara.

-Hola, Amelia. ¿Todo bien? -Su voz cálida siempre lograba tranquilizarme.

-Hola, Alexia. Estaba pensando... ¿Te gustaría vernos? -pregunté, intentando controlar la ansiedad en mi voz.

-¿Verte? Claro, me encantaría. ¿Cuándo y dónde? -preguntó, con una emoción evidente.

Respiré hondo antes de responder.

-He pensado en una escapada a la costa catalana. Podríamos encontrarnos allí. Será un lugar discreto, donde nadie nos reconocerá.

-Eso suena perfecto. ¿Cómo planeas llegar sin ser reconocida? -Su pregunta era válida, pero ya tenía un plan en mente.

-Tengo mis métodos. Confía en mí -respondí, sonriendo ante la perspectiva de nuestra aventura.

El día de nuestra escapada llegó rápidamente. Usando un disfraz sencillo, con gafas de sol y un sombrero, logré salir del palacio sin levantar sospechas. Un coche me llevó hasta una pequeña y tranquila cala en la costa catalana. Era un lugar hermoso, apartado y sereno, perfecto para nuestra reunión secreta.

Al llegar, mi corazón se aceleró al ver a Alexia esperándome. Estaba de pie, mirando al mar, con una expresión de calma y alegría. Cuando se giró y me vio, su rostro se iluminó con una sonrisa que me hizo olvidar todas mis preocupaciones.

-Amelia, estás aquí -dijo, acercándose para abrazarme. Su abrazo era cálido y reconfortante, y por un momento, me sentí completamente libre.

-Sí, aquí estoy. ¿Cómo estás? -pregunté, disfrutando de la cercanía.

-Ahora que estás aquí, estoy mejor -respondió, mirándome con una ternura que me conmovió.

Decidimos caminar por la orilla, disfrutando de la tranquilidad y la belleza del lugar. Hablamos de nuestras vidas, de nuestras esperanzas y sueños. Cada palabra compartida nos acercaba más, haciendo que el mundo exterior desapareciera.

Finalmente, nos sentamos en una roca, mirando el horizonte mientras el sol comenzaba a ponerse. La luz dorada bañaba todo con una calidez suave, creando un ambiente mágico.

-¿Sabes algo, Amelia? -dijo Alexia, rompiendo el silencio con una voz suave. -Desde que te conocí, he sentido algo muy especial. Algo que no puedo ignorar.

Mi corazón latía con fuerza mientras la miraba.

-Yo también siento lo mismo, Alexia. Nunca había sentido una conexión tan profunda con alguien.

Nos quedamos en silencio, nuestras miradas entrelazadas. En ese momento, supe que estaba a punto de suceder algo que cambiaría nuestras vidas para siempre. Lentamente, Alexia se inclinó hacia mí, y yo hice lo mismo, dejando que nuestros labios se encontraran en un beso suave y lleno de significado.

El mundo pareció detenerse mientras nos besábamos. Sentí una ola de emociones, una mezcla de amor, esperanza y una pizca de miedo. Pero sobre todo, sentí una conexión profunda que confirmaba lo que ya sabía; estaba enamorada de Alexia.

Nos separamos lentamente, nuestras frentes aún tocándose.

-Esto... esto es real -murmuré, con una sonrisa en los labios.

-Sí, lo es -respondió Alexia, acariciando mi mejilla con ternura. -Y aunque nuestras vidas son complicadas, estoy dispuesta a enfrentar todo por esto, por nosotras.

-Yo también. Sé que no será fácil, pero quiero intentarlo -dije, sintiendo una determinación nueva.

Pasamos el resto del día explorando la costa, disfrutando de nuestra compañía sin preocupaciones. Cada risa compartida, cada mirada y cada toque fortalecían nuestro vínculo, sellando nuestro amor de una manera que no se podía deshacer.

Cuando el sol finalmente se escondió en el horizonte, supe que era hora de regresar al palacio. Pero esta vez, no me sentía atrapada. Tenía un motivo para seguir adelante, una razón para enfrentar las dificultades con una nueva perspectiva.

-Prométeme que esto no será un adiós -dije, tomando la mano de Alexia mientras nos preparábamos para despedirnos.

-No lo será. Esto es solo el comienzo, Amelia. Lo prometo -respondió ella, con una sonrisa llena de esperanza.

Nos abrazamos una vez más, y luego me dirigí al coche que me esperaba. Mientras nos alejábamos de la costa, sentí una mezcla de emociones: alegría, esperanza y una chispa de miedo por lo que el futuro podría traer. Pero sobre todo, sentí amor, un amor que estaba dispuesta a proteger y luchar por él, sin importar lo que viniera.

Esa noche, al regresar al palacio, me llevé la mano a los labios, recordando el primer beso que compartí con Alexia. Sabía que nuestras vidas serían complicadas, pero también sabía que nuestro amor era fuerte. Y eso me dio la fuerza para seguir adelante, dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se presentara.

ღღღ

🌹🌹🌹

▪ El primer beso que recordarán siempre.

▪ Hasta la próxima

🤍🤍🤍

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora