𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟗

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𝐋𝐀 𝐓𝐑𝐄𝐆𝐔𝐀 𝐑𝐄𝐀𝐋

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Amelia

La presión sobre la familia real había alcanzado un punto crítico. Cada vez más, las miradas del público y los susurros en los pasillos del palacio exigían una respuesta a nuestra situación. Fue en medio de este clima tenso que la familia real decidió proponer una tregua.

Recibí la noticia mientras estaba en mi habitación del palacio, revisando algunos documentos relacionados con los compromisos reales del próximo mes. Un asistente real entró con un sobre sellado con el escudo real, indicando la importancia del contenido dentro.

Al abrir la carta, leí las palabras cuidadosamente redactadas que indicaban la propuesta de la familia real: permitirnos vernos y continuar nuestra relación de manera privada, pero sin oficializar nada públicamente por el momento.

Mis emociones fueron un torbellino de confusión y esperanza. Por un lado, era un paso hacia adelante, una oportunidad para estar con Alexia sin el peso constante de las restricciones públicas y protocolarias. Por otra parte, la falta de una aceptación oficial aún dejaba un vacío de incertidumbre y vulnerabilidad.

Decidí hablar con Alexia de inmediato. Sabía que ella también estaría lidiando con sus propios sentimientos y preocupaciones sobre la propuesta de la familia real.

-Alexia, necesito que hablemos -dije con seriedad cuando la vi en el jardín del palacio, su mirada encontrándose con la mía con una mezcla de anticipación y nerviosismo.

Ella asintió, leyendo la preocupación en mis ojos antes de que yo pudiera decir una palabra.

-¿Qué ha pasado, Amelia? -preguntó, su voz suave pero llena de determinación.

Respiré profundamente antes de responder, tratando de encontrar las palabras adecuadas para transmitir la complejidad de la situación.

-La familia real ha propuesto una especie de tregua. Nos permiten vernos y continuar nuestra relación en privado, pero no quieren que oficialicemos nada públicamente por ahora -expliqué, observando como su expresión pasaba de expectativa a reflexión profunda.

Ella consideró mis palabras durante un momento antes de responder, su mano buscando la mía con un gesto reconfortante.

-Entiendo, Amelia. Es un paso en la dirección correcta, aunque no sea todo lo que esperábamos. Pero estar juntas es lo más importante para mí -dijo sinceramente, sus ojos buscando los míos en busca de confirmación.

Asentí lentamente, sintiendo el peso levantarse de mis hombros al saber que estábamos en la misma página, dispuestas a seguir adelante juntas, incluso bajo las condiciones de esta tregua.

-Tienes razón, Alexia. Estar juntas es lo que más importa. Aceptaré esta tregua y nos aseguraremos de que nuestro amor siga floreciendo, independientemente de lo que digan las normas y protocolos -respondí, apretando su mano con gratitud y amor.

Nos abrazamos con ternura, reconociendo el significado profundo de este momento en nuestras vidas. Sabíamos que el camino aún sería difícil y lleno de desafíos, pero estábamos dispuestas a enfrentarlo juntas, apoyándonos mutuamente en cada paso del camino.

En medio de la presión y las expectativas, encontramos un respiro en esta tregua real que nos permitiría seguir construyendo nuestro futuro, uno donde el amor finalmente podría brillar sin restricciones ni juicios externos.

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▪ Pueden estar juntas pero sin oficializar nada en público, es un avance, pero. ¿Creéis que es lo que ambas quieren?

▪ Me encantaría leer vuestras teorías de lo que pasará ahora.

▪ Nos vemos en el siguiente

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𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora