𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia Putellas

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟔

𝐋𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈Ó𝐍 𝐑𝐄𝐀𝐋

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Amelia

Las horas pasaron como un borrón después del descubrimiento de las fotos. La ansiedad crecía en mi pecho mientras esperaba la inevitable confrontación con mi familia. Sabía que la conversación sería difícil, pero nada podría haberme preparado para lo que estaba por venir.

Estaba en mi habitación, mirando fijamente al techo, cuando escuché un golpe en la puerta. Era María, una de las asistentes del palacio.

-Su Majestad la Reina quiere verte en su despacho, Amelia -dijo con un tono solemne.

Asentí, sintiendo una mezcla de temor y determinación. Caminé por los pasillos con la cabeza alta, aunque mi corazón latía con fuerza. Al llegar al despacho, toqué suavemente y entré.

Mi madre, la Reina, estaba sentada detrás de su escritorio, en su rostro una máscara de severidad. Alrededor de la habitación, varios consejeros y miembros de la familia estaban presentes, todos con expresiones graves. Sabía que no sería una conversación privada.

-Amelia, toma asiento -dijo la Reina, señalando una silla frente a ella.

Me senté, tratando de mantener la compostura. El silencio en la habitación era opresivo.

-Hemos visto las fotos, Amelia -la voz de mi madre era fría y controlada. -Esta situación es inaceptable para una futura monarca. ¿Qué tienes que decir en tu defensa?

Respiré hondo, mirando a mi madre directamente a los ojos.

-Madre, sé que esto es un escándalo, pero lo que siento por Alexia es real. No puedo ignorar mis sentimientos.

-Amelia, tu deber es hacia esta familia y el país. No puedes permitir que una relación inapropiada ponga en riesgo la estabilidad de la corona -respondió ella, su tono implacable.

-¿Una relación inapropiada? ¿Solo porque amo a una mujer? -pregunté, sintiendo la frustración y la desesperación crecer dentro de mí. -Madre, el mundo está cambiando. La gente ya no acepta los mismos prejuicios que antes. ¿Por qué no podemos ser un ejemplo de ese cambio?

-No es solo cuestión de prejuicios, Amelia. Es cuestión de imagen, de tradición. Nuestras familias representan más que solo nosotros mismos. Tenemos responsabilidades que van más allá de nuestros deseos personales -dijo uno de los consejeros, interviniendo con voz severa.

-¿Y qué hay de mi felicidad? ¿Acaso no importa? -repuse, sintiendo las lágrimas amenazar con brotar. -He cumplido con mis deberes toda mi vida. Pero no puedo sacrificar mi felicidad por una imagen perfecta.

-Amelia, entiendes que esto no es solo sobre ti. Cada acción tuya se refleja en toda la familia, en toda la nación. No puedes ser tan egoísta -dijo mi madre, con una dureza que me hirió profundamente.

-No estoy siendo egoísta. Estoy pidiendo la oportunidad de ser feliz, de amar a quién amo sin ser juzgada por ello. ¿No se supone que el amor es algo bueno? -respondí, mi voz quebrándose ligeramente.

La reina guardó silencio por un momento, sus ojos llenos de una mezcla de dolor y frustración.

-Amelia, te hemos dado mucha libertad, pero esto ha ido demasiado lejos. Te lo diré claramente: debes terminar tu relación con Alexia. Es la única manera de proteger la corona y nuestra familia.

Sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. La gravedad de sus palabras cayó sobre mí como una losa.

-No puedo hacer eso, madre. No puedo renunciar a Alexia. La amo -dije, mi voz firme a pesar del miedo.

-Entonces, Amelia, deberás enfrentar las consecuencias. No hay lugar en esta familia para alguien que no comprende sus responsabilidades -la Reina se levantó, indicando que la conversación había terminado. -Piensa bien en lo que te he dicho.

Me levanté y salí de la habitación, sintiendo una mezcla de tristeza y furia. Mientras caminaba de regreso a mi habitación, las palabras de mi madre resonaban en mi mente. ¿De verdad esperaba que eligiera entre mi amor por Alexia y mis responsabilidades como futura reina?

Cuando llegué a mi habitación, cerré la puerta y me desplomé en el suelo, dejando que las lágrimas finalmente cayeran. Tomé mi teléfono y llamé a Alexia, necesitando escuchar su voz.

-Alexia, lo siento tanto. La familia... me han dicho que debo terminar nuestra relación -dije entre sollozos.

-Amelia, no. No podemos dejar que nos separen. Nuestro amor es real y vale la pena luchar por él -respondió Alexia, su voz llena de determinación.

-Lo sé, pero... ¿cómo podemos enfrentar esto? -pregunté, sintiendo la desesperación crecer.

-Juntas, Amelia. Lucharemos juntas. No dejes que te hagan dudar de lo que sentimos. Eres más fuerte de lo que crees -dijo ella, su voz dándome la fuerza que necesitaba.

Esa noche, mientras me quedaba mirando el techo, supe que la batalla apenas comenzaba. Mi amor por Alexia y mi deber hacia mi familia parecían irreconciliables, pero estaba decidida a encontrar una manera. No renunciaría a Alexia, no sin pelear. Me prepararé para enfrentar lo que viniera.

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▪ Nuestra reina no está contenta con la relación de Amelia y Alexia. ¿Qué creéis que pasará ahora?

▪ Nos vemos en el siguiente

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