𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia Putellas

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟎

𝐄𝐋 𝐀𝐏𝐎𝐘𝐎 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎

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Alexia

Desde que decidí alzar la voz por nuestro amor, sentí como si un nuevo capítulo se hubiera abierto en mi vida. El apoyo inicial de mis compañeras de equipo fue crucial para fortalecer mi determinación y continuar enfrentando los desafíos que se presentaban.

Después de mi declaración en el vestuario, muchas de las jugadoras se acercaron a mí con palabras de aliento y solidaridad. Sabían lo difícil que había sido para mí revelar nuestra relación al equipo, y su apoyo significaba más de lo que podía expresar con palabras.

-Alexia, queremos que sepas que te apoyamos en esto. No deberías tener que elegir entre el amor y tu carrera. Es injusto -dijo Aitana, una de mis compañeras más cercanas, con sinceridad en sus ojos.

-Gracias, Aitana. Significa mucho para mí saber que tengo el apoyo de todas ustedes -respondí, sintiendo un nudo en la garganta por la emoción.

El respaldo dentro del equipo no fueron solo palabras vacías. Mis compañeras comenzaron a expresar su apoyo públicamente en las redes sociales, usando nuestras fotos juntas como símbolo de solidaridad. Cada mensaje, cada gesto pequeño, me daba la fuerza necesaria para seguir adelante.

Pero no todos los comentarios fueron positivos. Con cada declaración pública, con cada muestra de afecto compartida en línea, también venían las críticas y los juicios. Muchos cuestionaban mi decisión de hablar públicamente sobre nuestra relación, argumentando que estaba interfiriendo en asuntos que no me correspondían.  

-¿Cómo puedes usar tu posición en el equipo para promover una agenda personal? -me preguntó un periodista durante una rueda de prensa después de un partido.

-No se trata de una agenda personal. Se trata de amor y de justicia. Creo firmemente que todos merecemos amar y ser amados sin importar quiénes seamos o cuál sea nuestra posición en la sociedad -respondí, mi voz firme a pesar de la tensión en la sala. 

Las redes sociales se convirtieron en un campo de batalla, donde cada publicación era analizada y comentada por miles de personas en todo el mundo. Había quienes nos elogiaban por nuestra valentía y determinación, y otros que nos acusaban de desafiar las normas establecidas.

Pero lo que más me impactó fue el impacto que nuestras acciones estaban teniendo en la sociedad en general. Empezaron a surgir debates en los medios sobre el papel de la monarquía en tiempos modernos, sobre los derechos individuales y la libertad de elección. La presión sobre la familia real española aumentaba con cada día que pasaba.

Recibí mensajes de apoyo de figuras públicas, tanto dentro como fuera del mundo del deporte. Actrices, cantantes, políticos; personas que admiraba y que admiraban nuestra valentía para desafiar las expectativas.

-Alexia, lo que estás haciendo es importante. Estás liderando un cambio que muchos esperábamos ver en nuestra sociedad -me dijo una conocida activista por los derechos LGBTQ+ durante una cena benéfica.

Sus palabras resonaron en mí profundamente. Sabía que nuestro amor no solo era una historia personal, sino un símbolo de una lucha más grande por la aceptación y la igualdad.

Cada noche, antes de dormir, revisaba las noticias y los comentarios en las redes sociales. Sentía la responsabilidad de cada palabra que decía, de cada acción que tomaba. Pero también sentía una nueva determinación de continuar luchando, no solo por nuestro amor, sino por todos aquellos que no tenían la voz o el coraje para alzarla.

«Amelia, si estás escuchando esto, quiero que sepas que no estás sola. Estoy aquí, enfrentando cada desafío con la esperanza de que algún día podamos estar juntas de nuevo, sin barreras ni juicios», susurraba en las noches solitarias, como si mis palabras pudieran atravesar las paredes que nos separaban.

Mientras el apoyo crecía y la presión social sobre la monarquía aumentaba, seguía adelante con la esperanza de que nuestro amor pudiera abrir puertas que parecían cerradas para siempre.

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▪ Alexia ha recibido apoyo, más del que se esperaba, pero también críticas.

▪ Ahora. ¿Amelia hará algo o seguirá cumpliendo las expectativas de la monarquía?

▪ Hasta el siguiente

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