𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟐

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𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐓𝐀𝐑 𝐃𝐄𝐋 𝐏𝐀Í𝐒

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Alexia

La mañana siguiente a nuestra conversación bajo el roble del palacio, desperté con el peso de la decisión de Amelia aún fresco en mi mente. Sabía que había tomado la decisión correcta al apoyarla, pero no pude evitar sentir una mezcla de esperanza y ansiedad por lo que vendría a continuación.

Después de desayunar en el comedor del palacio, decidí dar un paseo por los jardines para despejar mi mente. Noté que los sirvientes y los empleados del palacio me miraban con expresiones variadas: algunos con simpatía, otros con respeto y algunos con curiosidad. Era evidente que la noticia de nuestra situación había llegado a todos los rincones del palacio.

Al salir al jardín, me sorprendió ver a varios ciudadanos que estaban reunidos frente a las puertas del palacio. Algunos sostenían pancartas con mensajes de apoyo, mientras que otros simplemente observaban con expresiones de curiosidad y expectativa.

-¡Viva el amor verdadero! -gritó una mujer mayor desde la multitud, levantando una pancarta pintada a mano que decía Amor sobre tradición.

Me acerqué con cautela, sintiendo cómo el corazón latía con fuerza en mi pecho mientras absorbía el ambiente cargado de emoción.

-Buenos días, señora -saludé con cortesía, sonriendo con gratitud por su apoyo visible.

-Buenos días, señorita. Estamos aquí para apoyarla a usted y a la señorita Amelia. Lo que están haciendo es valiente y hermoso. Nos dan esperanzas para un futuro mejor -respondió la mujer con sinceridad, su mirada brillando con admiración y solidaridad.

Mientras hablaba con los ciudadanos que se habían reunido frente al palacio, pude sentir el cambio en el aire. La opinión pública estaba evolucionando, alejándose de las tradiciones rígidas hacia una comprensión más compasiva y abierta del amor y la identidad.

Durante la mañana, recibimos la visita de periodistas y cámaras de televisión que buscaban entrevistar a los ciudadanos que expresaban su apoyo. Las encuestas de opinión mostraban un cambio drástico: un aumento significativo en el número de personas que apoyaban nuestra relación y que cuestionaban las normas tradicionales que habían limitado la libertad de amor y elección.

Me sentí abrumada por el impacto que nuestra historia estaba teniendo en todo el país. Era un recordatorio poderoso de que nuestras acciones y decisiones podrán inspirar cambios significativos en la sociedad.

Amelia

-Amelia, ¿has visto las noticias? -preguntó Alexia cuando nos reunimos más tarde en mi estudio, sus ojos brillando con una mezcla de sorpresa y alegría.

Asentí, sintiendo una oleada de gratitud por el apoyo que estábamos recibiendo y por el cambio positivo que parecía estar gestándose en el país.

-Es increíble, Alexia. Parece que nuestro amor está ayudando a abrir los corazones y mentes de muchas personas. Tal vez haya esperanza para un futuro donde el amor verdadero pueda florecer sin barreras -respondí, compartiendo su emoción y optimismo por lo que estaba por venir.

Nos abrazamos con ternura, reconociendo el impacto profundo que nuestras vidas estaban teniendo en la historia y en el corazón de nuestro país.

Mientras el debate nacional sobre amor y tradición alcanzaba su punto más alto, yo me encontraba renovada en mi determinación de seguir luchando por un futuro donde el amor genuino y la autenticidad pudieran prevalecer sobre cualquier expectativa externa.

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𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora