𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟖

162 18 4
                                    

𝐋𝐀 𝐒𝐄𝐏𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 𝐅𝐎𝐑𝐙𝐀𝐃𝐀

ღღღ

Amelia

Tomé la decisión más difícil de mi vida esa noche, mientras miraba a Alexia a los ojos, sintiendo cómo se rompía mi corazón en mil pedazos.

Estábamos en mi habitación, las lágrimas corrían por nuestras mejillas mientras nos abrazábamos con fuerza, como si el simple acto de separarnos fuera a desgarrarnos el alma.

-Alexia, no puedo... no puedo hacer esto más -dije, mi voz, apenas un susurro entrecortado por el dolor.

Ella me miró con ojos llenos de angustia, como si supiera lo que estaba a punto de decir.

-Amelia, por favor... no hagas esto. No podemos dejar que nos separen de esta manera -respondió ella, sus manos aferradas a las mías como si pudieran detener el inevitable final.

-Tengo que hacerlo, Alexia. No hay otra opción -dije, tratando de mantener la compostura mientras sentía que mi mundo se desmoronaba.

-¿Por qué? ¿Por qué permites que ellos decidan por nosotras? -preguntó ella, su voz llena de desesperación.

-Porque si no lo hago, perderé todo. El trono, mi familia... todo lo que he conocido -respondí, las lágrimas brotando sin control ahora.

Alexia soltó un sollozo ahogado, apartando la mirada por un momento antes de volver a encontrarse con la mía.

-No puedo creer que esto esté pasando. No puedo creer que estemos dejando que esto nos separe -dijo ella, su voz quebrada por la pena.

-Lo siento, Alexia. Lo siento tanto -murmuré, mi corazón sintiéndose como si estuviera siendo destrozado.

Nos abrazamos con fuerza una última vez, ambas temblando de dolor y despedida. Sabía que esta decisión nos cambiaría a ambas para siempre, que el vacío que dejaba en mi corazón nunca se llenaría por completo.

Cuando Alexia finalmente se fue, cerré la puerta detrás de ella y me dejé caer en el suelo. Las lágrimas siguen fluyendo, sin cesar. Me sentía como si hubiera perdido una parte de mí misma, como si hubiera renunciado a la única persona que había entendido verdaderamente quién era.

Pasaron días y semanas después de nuestra separación forzada. Cada momento se sentía como una tortura lenta y constante. Me encontraba evitando los lugares donde solíamos ir juntas, borrando los mensajes que ella me enviaba, tratando desesperadamente de encontrar una manera de seguir adelante.

Pero cada noche, cuando estaba sola en mi habitación, el dolor regresaba con fuerza renovada. Me preguntaba si había tomado la decisión correcta, si podía vivir con la idea de haber sacrificado mi felicidad por un deber que a veces parecía tan abstracto y opresivo.

Había momentos en los que me encontraba a mí misma al borde de marcar su número, de desafiar las órdenes que me habían dado. Pero cada vez, la imagen de mi madre, la desaprobación en los ojos de mi familia, me detenía.

No había forma de escapar del dolor. Era una prisión invisible que me envolvía cada vez que pensaba en Alexia, en el amor que habíamos compartido y que ahora parecía tan lejano, tan inalcanzable.

Pero en lo más profundo de mi corazón, sabía que había hecho lo que creía correcto en ese momento. Sacrificar mi felicidad había sido el precio que debía pagar por el bien mayor, por la estabilidad de la corona y por el futuro que había sido diseñado para mí desde mi nacimiento.

Con el corazón destrozado y el alma en agonía, continué mi vida como futura reina de España, llevando el peso de mi decisión en cada paso que daba.

ღღღ

🌹🌹🌹

▪ Después de esta decisión y separación. ¿Creéis que Alexia se quedará de brazos cruzados?

▪ Me encantaría leer vuestras teorías de lo que pasará.

▪ Nos vemos en el siguiente capítulo

🤍🤍🤍

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora