𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

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𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐆𝐀𝐋𝐀

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Amelia

La noche de la gala benéfica del fútbol español era mágica. Yo, Amelia, me encontraba una vez más atrapada en la red de mis deberes reales. Desde niña, había aprendido que mis deseos y preferencias eran secundarios frente a las responsabilidades de mi posición. Aquella noche no era diferente. No tenía elección: asistir a la gala era imperativo.

-Amelia, tienes que entender la importancia de tu presencia en estos eventos -me recordó mi madre mientras me ayudaba a ponerme el vestido. Era un diseño elegante, en un tono azul real que resaltaba mis ojos, pero me sentía como un maniquí en lugar de una persona.

Suspiré resignada.

-Lo sé, madre. Solo desearía que pudiera disfrutarlo un poco más.

Ella me lanzó una mirada comprensiva pero firme.

-Tendrás tiempo para disfrutar después. Por ahora, tienes un deber que cumplir.

El coche nos llevó a la gala, y como siempre, los fotógrafos estaban listos para capturar cada movimiento. Las luces de los flashes eran casi cegadoras, y aunque había asistido a innumerables eventos como este, la atención siempre resultaba abrumadora. Sin embargo, esa noche, algo en el aire se sentía diferente.

Entramos al gran salón decorado con una opulencia que solo eventos de tal magnitud podían justificar. Estaba lleno de figuras prominentes del deporte, empresarios y otros miembros de la realeza. La música suave y las conversaciones elegantes llenaban el aire. Me sentía como una extranjera en mi propio país, un símbolo en lugar de una persona real.

Me presentaron a varias personas, pero mis pensamientos estaban en otro lugar, anhelando una conexión genuina en medio de la superficialidad. Fue entonces cuando la vi. En medio del bullicio, una figura destacaba con una presencia magnética. Alexia Putellas, la estrella del FC Barcelona femenino. Había oído hablar mucho de ella, de su talento y su determinación. Pero verla en persona era otra cosa. Su porte y seguridad eran innegables, y sus ojos parecían irradiar una fuerza y una pasión que me cautivaron al instante.

Nuestros ojos se encontraron y, por un momento, el mundo exterior dejó de existir. Todo el ruido y la distracción se desvanecieron, dejando solo la conexión entre nosotras.

-Amelia, déjame presentarte a Alexia Putellas -dijo un miembro del comité organizador, sacándome de mi trance. Me acerqué con una sonrisa, tratando de mantener la compostura real que se esperaba de mí.

-Encantada de conocerte, Alexia -dije, extendiendo mi mano. Sentí una ligera corriente cuando nuestras manos se encontraron.

-El placer es mío, Su Alteza -respondió Alexia, con una sonrisa que parecía iluminar la sala. Había algo en su voz, una sinceridad que rara vez encontraba en estos eventos.

Decidimos movernos hacia una esquina más tranquila del salón. La conversación inicial fue cortés, sobre fútbol y las expectativas del evento, pero pronto se volvió más personal.

-¿Disfrutas de estos eventos? -me preguntó Alexia, sus ojos buscando los míos.

Sonreí con ironía.

-Son parte de mis deberes. Aunque a veces preferiría estar en otro lugar.

-Puedo entenderlo. A veces, la vida pública puede ser abrumadora -dijo, compartiendo una mirada de comprensión.

Su honestidad era refrescante.

-¿Y tú, disfrutas ser una figura pública?

-Amo el fútbol, pero la atención puede ser agotadora. Aun así, si puedo inspirar a alguien, vale la pena.

Sus palabras resonaron en mí. Sentí una conexión profunda, como si nos entendiéramos más allá de las palabras. La conversación fluyó con naturalidad, hablando de nuestras pasiones, miedos y esperanzas. Era como si en ese rincón apartado hubiéramos creado nuestro propio mundo.

El tiempo pasó volando. Nos interrumpieron para otras presentaciones y deberes, pero nuestras miradas se siguen encontrando a lo largo de la noche. Había una promesa silenciosa de que esto no terminaría aquí.

Al final de la gala, mientras me preparaba para irme, Alexia se acercó una vez más.

-Me alegra haberte conocido, Amelia. Espero que podamos hablar más pronto.

-Lo espero también, Alexia -respondí, sintiendo un calor en mi corazón que no había sentido en mucho tiempo.

Esa noche, al regresar al palacio, no podía dejar de pensar en ella. Algo había cambiado. Había conocido a alguien que veía más allá de la princesa, alguien que me veía a mí. Y en esa mirada, encontré esperanza y una chispa de algo que estaba decidida a no dejar escapar.

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▪ Primer capítulo de la historia.

▪ Espero que la disfrutéis.

Deciros que tengo una cuenta en ig (naazaa_8) ahí podéis seguir el desarrollo de nuevas historias, pequeños spoilers...

▪ Hasta el siguiente

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𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐑𝐄𝐀𝐋 • Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora