It's my life [Terminado]

¿Qué?

Amber
Camino por los pasillos de la escuela, buscando la clase siguiente, entonces entro a un salón, hay varias personas ahí pero solo reconozco a una... Teo, el chico que me ayudo amablemente a levantar esos libros. Está sentado junto a una chica, de cabello negro, largo y alborotado, ambos hablan y comen confites de chocolates.

Cuando me acerco un poco puedo escuchar lo que dice, de hecho están discutiendo.

-Jess te comiste un negro enorme. -cuestiona él.

-¿Y qué? Me encantas esos negros. -contesta ella despreocupada.

-No es justo, valen doble y yo también quiero, encima te lo metes a la boca en mi cara. -dice Teo cruzándose de brazos.

-Eh... hola. -digo llamando su atención. Ellos me miran sorprendido, Teo agacha la mirada avergonzado y esa chica me sonríe.

-Hola ¿Escuchaste todo lo que dijimos? -me pregunta él.

-Sí.

-Piensa lo que quieras, es la verdad. A él y a mí nos justan los negros enormes. -habla esa chica.

-¡Jésica! -Teo la mira serio, ahora sé que se llama Jésica.

-¿Qué? -ella se encoje de hombros.

-No es lo que piensas. -habla él mirándome.

-No hace falta que me expliquen, estaban hablando de los confites de chocolates. -digo al ver la envoltura en su mano.

-¡Sí, eso! -asiente aliviado.

-Emmm... quería saber si esta es la clase de química. -digo sonriendo.

-Sí, es esta... pero la profesora esta muy ocupada con el director, ya me entienden. -responde Jésica rodando los ojos.

-Ah bueno ¿Puedo sentarme con ustedes? -pregunto viendo la silla desocupada al lado de Jésica.

-Lo siento, esta silla está ocupada por mis pies. -ella levanta sus pies sobre esa silla y coloca sus brazos detrás de la cabeza.

-No seas así. -Teo le da un golpe haciendo que sus pies caigan. -Si puedes sentarte con nosotros. -me dice sonriendo y yo asiento.

Jésica
La profesora está tardando más de lo normal cuando tiene sus "charlas con el director" pero es mejor para nosotros porque no hacemos tarea ni damos clases, no hay consecuencias después.

-¿De dónde vienes? -le pregunto a Amber porque estoy aburrida de no hacer nada.

-Del exterior, nos mudamos hace poco. -contesta sonriendo ¿No se cansa de hacerlo?

-Aja. -asiento como si me interesara.

En ese momento, las puertas se abren y un chico entra, yo codeo a Teo quien está a mi izquierda indicando que mire, al igual que yo, él se queda paralizado.

Es un chico alto, sus brazos son perfectos al igual que su cabello casi rubio, sus ojos son brillantes y su caminar es tan decidido. Me gusta.

Miro a mi amigo a mi lado y ya sé lo que piensa porque lo conozco como la palma de mi mano.

-¡Es mío! -decimos ambos al mismo tiempo.