En una noche estrellada...

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—¿Es necesario todo este misterio? — estabas sentada en el tocador que tenías en la habitación, uno que hacía tiempo Keegan te habia comprado para que fueras guardando en el todos tus accesorios y productos de belleza.

Keegan estaba justo detrás de ti, mientras que tu estabas retocando un poco el rubor sobre tus mejillas, él se encargaba de terminar una pequeña trenza que formaba parte de tu peinado, asegurándola con una pequeña liga y después escondiéndola entre el resto de tu cabello, colocándole un pasador para que no se moviera de su lugar.

—El misterio es la esencia de una sorpresa, cariño — con su trabajo terminado, se inclinó sobre tu cabello y te dio un beso sobre el — Hermosa como siempre —

Ambos se tomaron un momento para verse a sí mismos en el espejo que estaba delante.

Tu lucias un bonito vestido en tonalidad guindo que tenía un degradado que terminaba en un tono negro, contaba con doble tirante, uno a la altura de tus hombros mientras que el segundo caía ligeramente para ajustarse a la altura de la mitad de tu brazo. En el tirante principal tenía como detalle, la aplicación de pequeñas piedras plata que brillaban con la más mínima luz. En su falda, en el costado izquierdo, tenía unos cuantos olanes que iban cayendo sutilmente hasta el final de esta, siendo así un vestido largo. Lo acompañaste con unos bonitos zapatos de tacón en color plateado que iban a juego con el adorno de los tirantes. Y como toque final, usabas una gargantilla en color negro, de la cual colgaba también una pequeña cadena con un dije en color plata.

Todas estas cosas, tanto el vestido, el collar, como los zapatos, fueron un regalo por parte de Keegan, quien te pidió que los usaras para este día.

El por su parte, lucía un elegante traje. Su camisa era de un color negro profundo, al igual que su corbata, saco y pantalón, con un hermoso chaleco en el mismo tono guindo que tu vestido, mismo que también tenía un sutil diseño en color negro. Sus zapatos, así como su cinturón, fueron también seleccionados en color negro. Un color muy básico para muchos, pero uno de los preferidos de él.

—¿Mi dama esta lista? — se colocó a tu lado, haciendo una reverencia y ofreciéndote su brazo para que lo tomaras.

—Hoy estamos siendo muy caballerosos, ¿No? — te reíste un poco, encontrabas todo esto bastante encantador.

—Cuando se trata de ti, nunca es demasiado —

Tu brazo se envolvió en el de él y dejaste que te guiara. Nunca te conto realmente cual era el plan de esa noche, solo te pidió que te preparas para una sorpresa. Tener citas con el no era nada raro, cada vez que Keegan tenía descanso, aprovechaban para ir a algún lugar bonito y cenar. Era lindo tener ese tipo de momentos, el demostraba ser muy detallista y atento, sus platicas eran de lo más divertidas, aunque tú eras quien solía hablar más. Pero te hacia bastante feliz ver como lograbas sacarle no solo una sonrisa, sino también risas de alegría genuina. Keegan tenia una risa tan linda, pensabas que seria bueno escucharla mas seguido.

Te llevo hasta el exterior de su casa, donde ya estaba estacionado un vehículo de uso militar, pero que prácticamente era de Keegan. Te abrió la puerta del copiloto y te ayudo a subir, teniendo especial cuidado en que la falda de tu vestido no se quedara atrapada al momento de cerrar la puerta, por lo que cuando ya estabas sentada dentro, reviso y acomodo la tela de tu falda. Antes de cerrar, el mismo te coloco el cinturón de seguridad, no es que el fuera a manejar a gran velocidad, pero los accidentes podían pasar en cualquier momento. Y el no iba a permitir que salieras proyectada si llegaban a chocar con algo.

Cuando estuvo seguro de tener todo en orden, cerro tu puerta y se dirigió con rapidez y elegancia hacia su lugar como conductor. Una vez dentro, reviso todos los espejos y encendió el motor, poniendo atención al tablero, tenían mas que gasolina suficiente. Encendió para ti el sistema del clima, no quería que al hacer tanto calor esa noche, el sudor arruinara tu bonito maquillaje que te habia tomado tanto tiempo.

¿Obligación o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora