Señuelo

1.7K 183 32
                                        


—¡Keegan!!... ¡Maldición, solo quédate quieto! — "Hesh" estaba tratando de retener a Keegan en aquella cama, pero el otro no cooperaba en absoluto.

—A un lado, niño...— siseo molesto. Su mirada, antes siempre serena, ahora estaba entrecerrada con un par de ojos rojos que con una simple mirada podías ver la furia que ahí dentro estaba creciendo.

—No puedes salir así, sin un plan. Cálmate y piensa las cosas — le regaño Merrick desde el otro lado de la tienda de campaña, mientras era atendido por unos cuantos golpes que había recibido durante el colapso de la base.

—Se lo que tengo que hacer. Voy a salir y buscarla— respondió tajantemente, forcejeando con "Hesh" quien no lo dejaba ponerse de pie.

—Keegan, no nos hagas esposarte a ese catre. Ni tú, ni nadie, va a salir a ciegas — ordeno el comandante de los Ghosts.

Keegan no podía sentirse más como un león enjaulado. Cuando recupero su consciencia ya estaba siendo atendido en esas tiendas improvisadas como bahías médicas, donde todos los heridos, tanto civiles como militares, estaban siendo curados.

Nuevamente habían sido atacados por sorpresa por Rorke, lo poco que quedaba de su refugio había sido reducido a ruinas, siendo el único consuelo, el hecho de que habían logrado evacuar a la gran mayoría de los civiles. Pero claro, tú te habías negado a ser de los primeros en marcharse, le insististe a Keegan en que le dieran prioridad a los demás, aseguraste que tu estarías bien mientras tanto, esperando en casa.

¿Y qué había pasado?

Saliste de casa, ignorando tu promesa. Habías ido directamente al peligro y por si eso no fuera suficiente, habías hecho una estupidez mayor al querer hacerle frente a Rorke, un ex Ghosts con entrenamiento militar especial y cuya mente era un puto caos. Tu, una omega, una simple civil que con esfuerzo sabias usar un arma, que apenas lograste llegar corriendo hasta la base después de quien sabe cuanto tiempo, dado tu regular condición física.

¿Cómo pudo perderte otra vez? ¡Dos veces!

La primera vez había sido culpa suya, lo reconoce, pero esta vez estaba tratando de hacerlo bien. Por dios, te acababa de recuperar, apenas hacía unos días... ¿Por qué se la quitaban de nuevo?

Cuando pidió una explicación sobre lo sucedido, el mismo Logan se acercó a él, cabizbajo y con un semblante triste.

Logan no solo estaba herido por lo que paso, sino que también se sentía culpable por no haberte detenido, por no haber hecho algo para que no fueras directo al matadero. Se disculpo innumerables veces ante Keegan, no dejaba de repetir "Lo siento", jurándole que le ayudaría en todo lo que fuera necesario para encontrarte. Ese niño Walker estaba destrozado, llorando anticipadamente, como si de algún modo supiera que estuvieras muerta o no volverías.

Pero Keegan no le culpaba, en absoluto. Se trataba de Logan, era incluso un alma mas noble que "Hesh", para el estaba claro que todo esto fue una serie de eventos desafortunados. Aunque eso no cambiaba el hecho sobre como se sentía. El mismo te había prometido que todo estaría bien, que podría cuidar de ti y en la primera prueba de fuego fuiste tu quien salió corriendo en su rescate y desapareciendo en el proceso.

—Lo que sea que planees hacer...iré contigo— Logan permanencia sentado en el suelo, todo su uniforme lucio sucio, una mezcla de sangre, lodo y sudor. Su mirada rehuía encontrarse con la de Keegan, sintiendo que la culpa lo carcomía por dentro.

—Ya escuchaste a Merrick...— no estaba contento con esa orden, pero las palabras del otro hombre tenían sentido, por mucho que quisiera discutirlas. Si se dejaba llevar por su desesperación, las cosas podrían terminar muy mal. Debía recordar su entrenamiento, el era un francotirador, mantener la calma era una de sus principales características.

¿Obligación o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora