Una trampa

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Como soldado, su primer instinto seria buscar una posición mucho más favorable, acomodar su arma sobre el suelo para tener un mejor control de la misma y comenzar a ubicar a sus objetivos para luego eliminarlos uno a uno desde la distancia, como un buen francotirador.

Pero las cosas eran un poco distintas en este momento, no solo estaba ahí para eliminar a Rorke y sus hombres, sino que de momento su prioridad era mantenerte en un lugar seguro, después se haría cargo de aquel hombre.

Por ello es que estaba oculto detrás de aquel árbol cuyo tronco era lo bastante grueso y ancho, que podía cubrir sin problemas a un adulto. Y ahí, entre sus brazos estabas tú, acurrucada contra su pecho, mientras que uno de sus brazos te rodeaba y acercaba a él, y con su otra mano te hacia apoyarte aún más en su pecho, cubriendo uno de tus oídos para reducir el sonido estridente de los disparos. No estaban en la mejor situación pero los demás les estaban dando cobertura, por lo que Keegan podía tomarse la libertad de no estar disparando y concentrarse así en tu persona.

—Todo va a estar bien, pronto estaremos de camino a casa...lo prometo— aun en medio de todas esas explosiones, susurraba palabras para tranquilizarte un poco. Ajustaba tu cuerpo al suyo cada vez que sentía que te resbalabas y frotaba sus mejillas contra tu cabeza.

—Perdón, Keegan...— el calor de su cuerpo era reconfortante pero insuficiente. Estabas empapada desde el día anterior, lastimada hasta un nivel desconocido y exhausta.

—No hay nada porque disculparse...te voy a sacar de esto— el mundo podía estarse quemando a su alrededor pero en ese instante eran solo ustedes dos. Quería cumplir su palabra, acabar de una buena vez con Rorke y regresar a su ciudad, tratar de reconstruirla y darse finalmente el tiempo de convivir contigo, del mismo modo que lo haría una pareja normal, sin guerras o misiones de por medio.

—Sé que si te hubiera obedecido, no estaría aquí pero...pero si él los hubiera encontrado...bajo esos escombros no se habrían podido defender — presionaste tu frente contra su pecho, era tu refugio personal.

—Si obedecieras, no serias tu...— soltó una pequeña risita, apretándote un poco más, algo suave, no quería lastimarte aún más de lo que ya estabas —Nos salvaste, eres tan valiente...tan lista...estoy orgulloso de ti —

—Solo te he dado problemas...— te abrazaste a él, si pudieras fundirte con él, lo harías.

—Yo no lo llamaría así, más bien, haces las cosas más interesantes — sonrió suavemente, dándose el lujo de bromear.

—Si salimos de esto...prometo decirte algo que he estado pensando...— el escenario no era el mejor, Rorke tenía mayoría de hombres y de armas, y quizás, si querían tener una oportunidad Keegan debía dejarte de para poder concentrarse en pelear.

—Todos vamos a volver a casa...y cuando eso pase, te escuchare atentamente — dejo un "beso indirecto" en tu frente, la tela de su pasamontañas impedía que sintieras el verdadero calor de esos labios.



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¿Obligación o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora