Capítulo 3 🥀

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Música del capítulo: Mr Saxobeat de Alexandra Stan.

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La mirada es más pesada que el plomo, podemos percibirla antes de sentir que una bala nos perfora la piel.

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Mi primer día en ese infierno. Amaba el infierno, por eso estaba totalmente feliz en la amplia parte trasera de la mansión, con mis guantes blancos, gafas de sol con los bordes blancos y escuchando a Alexandra Stan mientras le echaba agua con una manguera a un Lamborghini.

Un auto, claro, a los Lamborghini humanos solo quería echarles gasolina y luego prenderlos en fuego.

La familia estaba en un evento importante, menos Castiel, mientras yo estaba solita y moviendo la cadera de un lado a otro porque amaba la música de Mr Saxobeat aunque fuera vieja.

Hey, sexy boy, set me free —canté, todavía echándole agua al Lamborghini.

Oye, chico sexy, libérame.

La parte trasera de la mansión era mucho mejor que la delantera aunque eso fuese raro. El césped era bajo y hermoso, había una enorme piscina con adornos alrededor: pelotas de plata. Por supuesto, esa era solo una parte de la Mansión, porque la misma se dividía en dos. Del otro lado había una piscina de dos pisos; sí, subías una escalera y estaba otra en un compartimento de la pared.

Era una locura, jamás terminaría de definir tal imperio, pero sí podía hacerlo si me lo proponía. Para mí no había nada imposible. Todos los nudos eran fáciles cuando eras observador, estratégico e inteligente.

Lo que siempre iba a impresionarme de todo, era la panorámica. Casi todo en ese reino era de cristal. Todo.

Porque incluso los hijos. No llamaban mi atención, ninguno, pero se veían fáciles de manejar y pulir.

—Don't be so shy, play with me.

No seas tan tímido, juega conmigo.

Me acerqué al auto y empecé a pasarle la esponja con espuma.

Para lavar un Lamborghini se necesitaban muchos tipos de productos de limpieza, y el más costoso era para pulir. Los desengrasantes dejaban el metal brillando. Claro, también si sabías bien qué tipo de tela usar para secar un metal como ese.

Lavar autos no era simple. Nunca lo era. Ellos necesitaban bastante mantenimiento y atención.

—My dirty boy, can't you see. That you belong next to me.

Mi chico sucio, no puedes ver. Que tienes que quedarte cerca de mí.

Sentía una mirada pesada e intensa sobre mi espalda. Una mirada era más pesada que un plomo, podíamos percibirla antes de sentir que una bala nos perforaba la piel. Yo no me preocupé por descubrir quién me miraba, el único que podía desplazarse por donde le daba gana era Castiel, y yo no tenía tiempo para perderlo mirando una cara que conocía perfectamente.

Seguí puliendo el auto. En una hora, ese era el sexto auto que había lavado y pulido a la perfección, incluso sus extravagantes ruedas. Me falta la misma cantidad, sin mencionar que del otro lado de la casa había otro lote estacionado con un total de siete. No me molestaba, yo amaba los autos.

—Hey, sexy boy, set me free.

Oye, chico sexy, libérame.

—Don't be so shy, play with me.

Oscura Venganza [Enemiestolovers]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora