Capítulo 16 🥀

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La debilidad es poder, porque alguien débil, atormentado y adolorido, era capaz de todo incluso si su cuerpo volaba en llamas.

En ese momento, cuando más nos sentíamos mal, esas voces chillaban en nuestra cabeza para que las dejáramos salir y no volver a sentirnos así.

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Elegante.

Eso fue lo primero que pensé de Arens cuando lo vi de cerca por primera vez en mi vida. Siempre escuchaba a mi padre hablar sobre él y que eran buenos amigos, pero nunca lo había visto visitarlo. Es decir, si los oía hacer llamadas telefónicas y reírse entre ellos, pero jamás imaginé que Arens fuera a presentarse en la Mansión Lambardini.

Por supuesto, todos parecían impresionados por su llegada, incluso Morvan, pero a mí me daba igual y no mostré ninguna impresión. Por lo menos, no por él, sino por uno de sus escoltas.

Castiel.

Llevaba casi un mes sin verlo, y sentí un millón de sensaciones que apenas me daba el shock para definirlas y explicarlas. No sabía si una de ellas era sentir que lo extrañaba o que estuve esperando impacientemente para volver a verlo. Era casi lo mismo.

No sabía cómo era que se había vuelto un escolta de Arens, porque hasta donde tenía entendido, Francesco y ese hombre eran enemigos. Pero no debía subestimar su capacidad de querer conseguir algo como eso, después de todo, era un Lamborghini, nieto del jefe de la tercera mafia más grande de Abu Dhabi, mafia que podía contra Arens a pesar de que Arens tenía mucho más poder.

Era algo loquísimo.

Dejando de lado el tema de la impresión que sentía por dentro, pasé a analizar toda la figura de Castiel. Seguía igual que siempre, alto, robusto pero no tan ancho, con sus rasgos definidos mostrando desinterés por el mundo y por todo lo que le rodeaba, y con su cabellera negra, espesa y alborotada caída sobre la frente. Noté que se había hecho un nuevo corte, lo tenía bastante bajo a los lados y eso lo hacía ver muy guapo.

Guapo ya era. Atractivo, erótico, sexy y llamativo.

Hice mi mayor esfuerzo por no mirarlo a los ojos, pero sabía dentro de mí misma que quería hablar con él. No sentía compasión por la muerte de su padre, pero quería disculparme por eso. O quizá, solo quería preguntarle directamente cómo estaba, aunque dudaba que la respuesta de eso me interesara un poco.

Castiel era distinto, no sabía de qué forma, pero para mí lo era. Aunque no me importara, lo admiraba. Y solo porque era un Lamborghini que no se interesó en mirar a su padre muerto. Es como si Alastair le hubiese hecho mucho daño y él preferiría que ya no estuviera vivo.

Castiel era todo un misterio. Un misterio que yo quería descubrir. Pero un misterio que parecía difícil de descifrar.

—¿Qué? —inquirí, enarcando un poco las cejas.

Esa fue la pregunta que hice cuando Arens mencionó que quería que trabajara para él. No supe qué decir, miré a mi padre, miré a Morvan, y por lógica, no parecían de acuerdo con la propuesta. Al igual que yo, los tomó por sorpresa.

¿Yo? ¿Alena Lambardini? ¿Trabajando para Arens? Joder, me encantaba la idea, ese hombre viajaba a todos los lugares del mundo y paseaba en avionetas por encima de su ciudad cuando estaba aburrido. Y vale, quizá mi trabajo no sea acompañarlo, pero yo estaba muy consciente de que en la Mansión Lambardini no tenía muchas libertades porque no quería decepcionar a mi padre.

Pero, ¿Y si me voy a la mansión Arens Buerbaum? Haría muchísimas cosas nuevas ahí y no tendría que preocuparme en hacer algo mal porque a mi padre no va a gustarle.

Oscura Venganza [Enemiestolovers]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora