Me dispuse a cumplir la orden de Alastair, por supuesto, sin saber exactamente qué era lo que iba a hacer por él. Pero fuera lo que fuera debía cumplirlo, solo de esa forma podía empezar a ganarme la confianza de ese hombre poco a poco para que por lo menos mi trabajo fuera cada vez más complicado e insano.
Ya él sabía que estaba dispuesta a hacer todo lo que solo él me ordenara menos vender mi cuerpo, y que, a pesar de tener buena ropa, necesitaba más dinero del que solo podía conseguir.
Tenía llenas mis cuentas como Alena Lambardini, aún así, quería más.
Alastair no era ningún idiota, sabía que yo tenía dinero reservado, pero por como me miraba y me decía algunas cosas, sabía que yo quería seguir consiguiendo más. Eso era un avance, porque fue un plan para que él considerara que había algo que yo quería y él estaba dispuesto a entregármelo con tal de yo hacer cosas “raras” por él.
Cuando me quité la ropa para entrar a ducharme en el jacuzzi, la puerta de mi habitación se abrió sin ninguna censura. Llevaba puesta una braga negra y un brasier del mismo color porque había cámaras no tan ocultas en esa habitación y no podía permitirles que tuvieran mis videos desnuda. Me daba igual que mis fotos en ropa íntima pudieran filtrarse, mientras no sea mi cuerpo totalmente desnudo, pues todo estaba bien.
En traje de baño podían verme algunas personas, era más vulgar que la ropa íntima, así que no debía preocuparme demasiado.
Tenía mi derecho de quejarme cuando la puerta se abrió porque eso no era privacidad sino una falta de respeto, y por supuesto que era capaz de decirle muchas cosas al imbécil de Alastair, pero fácilmente contuve mi calma para quien sea que fuera.
Claro, dependiendo. Si era Lara: iba a sacarla. Si era Aisha: iba sutilmente a llamarla metida. Y si era Agus: pues actuaría como la inocente que no quería que la vieran sin ropa.
Era Aiden.
Me quedé parada en mi lugar dándole la espalda al enorme armario, mirándolo a él. Y él también hizo lo mismo, pero mientras yo solo prestaba atención a su rostro, él observaba muy lentamente cada parte de mi cuerpo.
No solo mi piel sino también mi cuerpo, reaccionó a tal mirada tan sensual y oscura. Me ericé y me estremecí. Supuse que era normal, así que no me molesté ni me avergoncé. Era la primera vez que miraban en ropa interior y él era un desconocido jodidamente atractivo.
Era lógico.
—¿Necesitas algo? ¿O solo quieres ver? —inquirí, neutra. Por suerte, aún llevaba mis guantes porque no me gustaba mostrar mis manos.
No sabía por qué pregunté eso, porque había sido la incentivación a que Aiden entrara a mi habitación y cerrara la puerta, recostándose de ella. No dejó de mirarme en ningún maldito momento.
No evité que mi atención se interesara precisamente en él, por lo que lo miré desde sus zapatos negros y pulidos hasta la oscuridad y lujuria de su mirada. Todavía llevaba su traje puesto, pero no era su traje lo único que lo hacía ver bien. Su rostro era atractivo. Él era atractivo. Masculino y sexy. Pero no me interesaba, y si así tenía que ser, me negaba.
Pero no me negaría a que me diera unos papeles donde dijera que su abuelo era un invasor de impuestos.
—¿Y si necesitara algo? ¿Qué harías tú?
—No tiene sentido que respondas una pregunta con otra —refuté sus palabras, todavía neutra y mirándolo a los ojos—. Repito, ¿Necesitas algo? Tengo que ducharme y me encantaría que por favor respetes mi privacidad. Ten algo de respeto.
—Vine a darte unas instrucciones, darling.
Instrucciones. Supongo que él iba a decirme qué tipo de trabajo iba a hacer para su padre.
ESTÁS LEYENDO
Oscura Venganza [Enemiestolovers]©
ФэнтезиEllos cinco significan siete palabras: astucia, maldad, inteligencia, perversión, lujuria, egocentrismo y narcisismo. Alena Lambardini es una chica antipática que entra a trabajar en la Mansión Lamborghini sin saber que se había metido en la boca de...