Oscura Venganza [Enemiestolovers]©

Capítulo 17 🥀

Este capítulo es el más largo hasta el momento. Abarca lenguaje inapropiado y contenido explícito sexual +18 (solo para público mayor de edad), así que queda bajo tu responsabilidad leer si no tienes 18 años, que no te aconsejo hacerlo. Gracias:)

¿Qué opinan de subir el reparto de Oscura Venganza en gráficos? Algo así como en Dorian (sumando algunos personajes extras). Espero sus opiniones.

Ahora sí, a leer.

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Eran las diez y cincuenta y mi corazón estaba más disparado que nunca. Tenía miedo, tanto miedo que empezaba a arrepentirme de lo que había prometido solo porque pensé en Castiel y en Lizsander y me excité.

Estaba mirándome mis guantes blancos cuando repentinamente tocaron la puerta de mi habitación. Me exalté por eso, emitiendo un grito bajo.

No podía ser él, ¿Acaso ya quería empezar?

Temblorosamente me acerqué, saqué el seguro y abrí, pero suspiré cuando noté que era Livly, quien entró a mi habitación sin pedir permiso y cerró la puerta. No me molesté por eso porque yo no tenía nada malo que ocultar ahí dentro y porque iba a utilizarla. Si la invitaba a dormir conmigo como algo parecido a una pijama, ya Morvan y yo no haríamos nada porque ya me había arrepentido totalmente.

—Tenemos que hablar seriamente —exigió en un murmuro, pero no parecía molesta, parecía nerviosa y ansiosa—. Esto te lo mandó Castiel.

Miré el papel que estaba en su mano, luego lo tomé rápidamente y lo abrí para leer el contenido.

Escápate, estoy en la construcción abandonada que está del otro lado de tu casa.

Ese fue el límite de todo, algo que solo él me hacía sentir. El corazón me aceleró aún más, las manos me temblaron, tragué con fuerza, sudé, sentí la adrenalina y suspiré.

—¿Qué es esto, Livly? ¿De dónde lo sacaste? —la miré, trayéndola por la mano más al interior de mi habitación por si la puerta tenía un oído.

—Lizsander tiene un mensajero que me envía notas por él de vez en cuando porque no puede hacer llamadas o enviar mensajes desde el interior de la Mansión Lamborghini —empezó a explicar, hablando con desespero—. La cosa es que esa me la entregaron en la tarde junto con otra cuando salí con Phoenix a hacer unas compras. Castiel le pidió al mensajero de Lizsander que me dejara un mensaje, pues en él me perdía que te diera esta nota exactamente a las once con cincuenta.

—¿Y por qué a esta hora? —fruncí un poco el ceño.

—Lizsander me lo explicó, pero perderemos tiempo si hablamos aquí. Si te vas yo quiero irme contigo, Alena, necesito ver a Lizsander y la casa está fundida de cámaras. Tú eres uno de los pocos que saben dónde están. Y hay muchos escoltas, dudo mucho que pueda salir.

—¿Y por qué habría de creer en todo esto, Livly?

—Vámonos rápido, Alena. Y eso sí, no traigas ningún dispositivo. Solo te puedo decir aquí que Castiel sabe lo que tienes planeado hacer con Morvan porque lo escuchó gracias a un chip que tiene dentro del bolígrafo que te prestó hoy y que no le devolviste.

Mierda, era cierto, y yo ni siquiera me acordaba de ese bolígrafo. Ese maldito de Castiel en serio que era muy estratega. No pude evitar sonreír y negar lentamente con la cabeza, recordándolo.