13. Another Love (Kayla)

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Por un momento, no siento absolutamente nada. La tranquilidad que se ha apoderado de mí me parece casi hasta preocupante. Dirijo mi mirada hacia él y solo soy capaz de parpadear como una estúpida. Sus cejas se alzan un poco, esperando una respuesta y es entonces cuando el caos estalla en mi interior. Todo se convierte en alarmas y gritos y el pánico me impide pensar con claridad. ¿Acaso lo sabe? ¿Cómo ha conseguido enterarse?

Del 1 al 206... ¿Cuántos huesos me rompería si me tiro del precipicio frente a mí para no tener que contestar?

Me obligo a componer una expresión de serenidad y vuelvo a centrarme en la bolsa de chocolatinas que descansa en mi regazo. No puedo permitir que Jeydon lo descubra. No por mí, sino porque Sheila me mataría si Axel se enterara de que está enamorada de él. Sabiendo lo que le cuesta hablar de sentimientos, no quiero ni imaginarme la vergüenza que pasaría si el moreno al que idolatra llega a enterarse. Así que, por mi mejor amiga, intento representar el mayor papel de mi vida para que Jeydon no lo descubra.

—¿Tú mejor amigo?—pregunto mientras rasgo el envoltorio de uno de los dulces. Agradezco que mi voz salga con un tono que se encuentra entre la confusión y la calma. A pesar de que no estoy observándole, noto como asiente con la cabeza—. Nunca me ha mencionado su nombre. Y mira que somos la clase de amigas que se cuenta hasta la hora en la que vamos al baño. ¿Quieres que le pregunte? Si te vas a quedar más tranquilo puedo...

—No—me corta y le echo una mirada rápida a la vez que mastico el chocolate. El dulce sabor casi hace que gima de placer. Definitivamente, el mejor chocolate que he probado en mi vida—. Solo quería asegurarme.

La culpabilidad se instala en la boca de mi estómago al notar como la tensión desaparece de su cuerpo. Acabo de mentirle a la cara con tanta naturalidad que asusta. Soy consciente lo que le gusta Sheila y aun así sigo alimentando sus ilusiones. Yo mejor que nadie sé lo que duele un amor no correspondido. Como puedes llegar a obsesionarte por eso, preguntándote que es lo que te falta para que esa persona se fije en ti. Y, aun así, aquí estoy, haciéndole creer al chico que se encuentra a mi lado que tiene posibilidades. Por un segundo, pienso en decírselo. En hacerle entender, sin contarle los sentimientos de Sheila por su mejor amigo, que debería olvidarse de ella. Pero las palabras luchan tanto para no salir de mis labios que acabo rindiéndome. Soy una egoísta por eso, pero me veo incapaz de decirle la verdad.

—¿Qué te ha hecho pensar eso?—murmuro en su lugar.

—En la fiesta parecían bastante cercanos teniendo en cuenta que hace una semana jamás los había visto intercambiar una sola palabra. No sé, igual son imaginaciones mías. Ya sabes, querer ver cosas donde no las hay—responde y se pasa una mano por el pelo.

Su ceño lleva fruncido desde el mismo instante en el que la conversación se ha desviado hacia Sheila y Axel. La necesidad de mejorar su estado de ánimo se apodera de mí, pero por mucho que intento encontrar las palabras para hacer que vuelva a sonreír sé que nada podrá sacarlo del lugar en el que se ha sumido.

Sé que ahora mismo no deja de pensar en nuestros mejores amigos. En analizar cada maldito instante, en estudiar cada frase dicha. Que se está preguntando qué es lo que está haciendo mal y por qué, si el amor es uno de los sentimientos más bonitos que pueden existir, también es capaz de hundirte en la miseria. Entiendo a la perfección todo lo que está sintiendo, porque yo también lo he hecho más veces de las que puedo contar.

Me bajo del coche de un pequeño salto y su mirada se desliza hacia mí. Sigue cada uno de mis pasos hasta que llego a la puerta del copiloto. No me pregunta qué es lo que estoy haciendo y lo agradezco porque no sabría qué contestar exactamente a eso. Enciendo la radio y lanzo una mirada a la espalda de Jeydon para asegurarme que su vista está clavada en la ciudad frente a nosotros. Pulso los distintos botones que hay en la pantalla táctil y tras varios intentos consigo hacer lo que me he propuesto. Una vez que tengo el móvil conectado al coche abro la lista de canciones descargadas y pongo la canción que mejor creo que se adapta a esta situación y que puede expresar todo lo que yo no puedo.

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