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—¿Cómo son los eventos de ustedes? —le pregunté a Jin mientras nos alejábamos de la camioneta estacionada.

Lisa, Rose, Jungkook y los chicos iban unos metros atrás, quejándose de no sé qué. Bueno, se quejaban todos. Suga se limitaba a respirar como si no quisiera formar parte de la conversación. 

Estaba estúpidamente nerviosa.

—Son muy geniales, tenemos muchas fans —respondió Jin.

—Vale —dije.

—Pero creo que eso no es lo que te preocupa —dijo, rodeándome los hombros con su brazo.

—No sé de qué hablas —dije.

—¿Los padres de Jungkook? ¿Quizás? —Jin sonrió divertido.

—Pff... ja... yo... ¿por qué debería estar nerviosa por eso? —intenté parecer normal.

—Relájate —me dijo—. Les caerás bien.

—¿Y por qué querría yo caerles bien? —pregunté con una risita nerviosa.

El me miró como si supiera perfectamente lo que ocultaba, pero no dijo nada.

—¿Por qué es la madre de tu amigo, ¿no? —preguntó, haciendo énfasis en la palabra "amigo".

—Oh, sí, claro —asentí con la cabeza—. Mi amigo Jeon, claro.

Llegamos antes a la puerta del lugar donde sería el evento de los chicos. Namjoon se acercó a la puerta y habló con unas personas durante varios segundos antes de hacer una seña para que pasáramos. Yo pasé más de una hora en el espejo y en el armario, tratando de no parecer una loca, pero seguía sintiéndome fuera de lugar. Lisa y Rose se veían hermosas con lo que se pusieran.

—¿Cuánto falta para irnos? —preguntó Suga detrás de nosotros.

—Sí, acabamos de llegar —respondió Jungkook.

Todos caminaban siguiendo a Nam hasta llegar a una recepción donde estaban pocas personas hablando y tomando vino.

—¿Qué tipo de evento es este? —le pregunté a Tae.

—Haremos una presentación para la inauguración de una galería —respondió.

—Oh —asentí y observé el lugar.

La sala era blanca y espaciosa, con paredes de un blanco inmaculado que reflejaban la luz suave proveniente de las lámparas empotradas en el techo. En el centro, había una serie de esculturas y pinturas cuidadosamente colocadas en pedestales y marcos elegantes. El suelo era de mármol pulido, dando un aire sofisticado al ambiente. A lo largo de las paredes, había grandes ventanales que dejaban entrar la luz natural, creando una atmósfera luminosa y moderna. La recepción estaba decorada con flores frescas en jarrones de cristal y mesas con aperitivos y bebidas, creando un ambiente acogedor pero elegante.

Observé la mesa de comida y mi estómago rugió de hambre. Los camareros se movían de un lado a otro, cargando bandejas llenas de deliciosos bocados y bebidas. Me quedé hipnotizada por la variedad y el lujo del evento; nunca había asistido a algo tan elegante.

—¿Tienes hambre? —preguntó Jungkook, apareciendo por detrás.

—Me ha costado mucho pintarme los labios, no los arruinaré todavía. Puedo aguantar un poco más —dije, con una sonrisa decidida.

—Yo podría... —lo interrumpió Nam, llevándolo a una habitación donde estaban los demás chicos.

Lisa y Rose se acercaron y me ofrecieron una copa de vino que sabía delicioso.

Todo comenzó... Por una relación abierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora