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Llegué de las pasantías muy contenta; al fin me dijeron con qué grupo me tocaría trabajar, y como dijo Lisa, nos tocó con los chicos. Aunque me emocionaba, también me daba un poco de miedo comenzar.

Entré al salón y encontré a Jimin y Suga allí. Jimin hablaba por teléfono y parecía de mal humor. Jungkook bajaba del segundo piso y miraba fijamente a Jimin. Me sorprendió mucho ver a Jimin tan irritado.

Cuando iba a caminar hacia la cocina, Jungkook me detuvo con una pequeña sonrisa perversa. Me acerqué a él, y me tomó por la cintura, plantándome un beso en los labios que casi me dejó sin respiración. Cuando me soltó, sentía las mejillas ardiendo. Tenía que acostumbrarme a estos gestos en público.

Suga me miró con una cara de fastidio y asco.

—Así que oficialmente son pareja —suspiró Suga—. Me tendré que acostumbrar a verlos también besarse, como si no bastara con Lisa y Tae.

Jimin caminó con una sonrisa en la cara.

—Yo sigo soltero, cuñadita —dijo Jimin—. Ya sabes, si te cansas del Kookie...

—Jimin... —levanté una ceja.

—Es una opinión objetiva —dijo él, levantando los brazos—.

—Nadie pidió tu opinión —dijo Jungkook.

—Soy un alma generosa. Me gusta compartir —sonrió Jimin.

Hubo un momento de silencio. Me sorprendió que nadie dijera nada o le preguntara a Jimin qué lo tenía molesto, ya que se notaba que estaba un poco afectado.

—¿Estás bien? —le pregunté.

—Sí, —aseguró Jimin inmediatamente—, pero no creo que tu novio y los chicos lo estén por mucho tiempo.

Entonces, se produjo una especie de conexión extrasensorial entre los tres. Con solo una mirada, lo entendieron todo.

—Oh, no —musitó Jungkook con cara de horror.

—Oh, sí —sonrió Jimin ampliamente.

Suga, con una cara de fastidio, solo rodeó los ojos y suspiró, sin decir nada.

Nam entró en ese momento a la sala, vio la escena y me miró a mí, tan confundido como yo. Me sorprendió, ya que él solía entender esas cosas mejor que nadie. Jimin lo miró, y la conexión también llegó a Nam, quien rodeó los ojos de la misma manera que Suga.

—Me apetece tan poco como a ustedes, por si les consuela —dijo Jimin, sentándose en uno de los pufs.

—Pensé que este año pasaríamos de eso —dijo Jungkook.

—Yo también —confirmó Jimin.

Suga desapareció hacia su habitación, seguramente para comer mandarinas o dormir; dormía con mucha facilidad, desearía ser él.

—¿Puedo preguntar de qué hablan? Creo que falta información en esta zona —dije, haciendo señas sobre mí.

Jimin me miró divertido al ver la cara de fastidio de Jungkook, que estaba recostado contra la pared.

—Cada año, Sejin, en su cumpleaños, insiste en que lo celebremos en la casa de la playa —explicó Nam.

—¿Tienen casa en la playa? —dije sorprendida, casi ahogándome con el trago de agua que me había dado.

—¿Eso es todo lo que has escuchado de lo que te dije? —preguntó Nam.

—Oh —reí nerviosa—, ¿quién es Sejin?

Nam me miró como si quisiera matarme y al mismo tiempo parecía divertido, poniendo sus ojos en blanco.

—¿De dónde salió esta mona? —preguntó Nam.

Todo comenzó... Por una relación abierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora