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Salimos de la habitación y Jungkook marcó el ascensor mientras yo intentaba recuperar la compostura, observando mi celular destrozado sin saber qué hacer. Me sentía perdida, como si estuviera allí pero a la vez no. ¿Me entiendes?

El ascensor se abrió, pero ni me di cuenta hasta que Jungkook me sacó de mis pensamientos.

—Vamos, Ale —dijo, tomándome del brazo y guiándome hacia el ascensor.

—Lo siento, no me di cuenta de que ya había llegado el ascensor —murmuré.

Él no dijo nada, pero sentí su mirada fija en mí. Al llegar al primer piso, noté que Rose no estaba. Mejor así, evitábamos explicaciones. Caminamos hacia su auto.

Entré al vehículo, cerré los ojos un momento y suspiré profundamente.

—¿Qué pasa? —preguntó Jungkook, deteniendo el auto y sin encender el motor.

—¿Podemos no volver ahora? —le pedí.

—¿A la residencia? —me miró con curiosidad.

—Sí. —Hice una pausa—. ¿Podemos ir al cine?

Jungkook encendió el motor.

—Pero yo elijo la película.

—¡Ah, no! —protesté—. Yo soy la deprimida.

—Pero el auto es mío —respondió él, con una sonrisa.

—Eso no se vale—dije, cruzándome de brazos—. ¿Se nota mucho el golpe?

—No tanto —dijo él—. Cúbrelo con maquillaje.

Jungkook continuó conduciendo con una sonrisa en el rostro mientras yo miraba por la ventana, sintiendo cómo mi ánimo mejoraba con cada momento que pasaba a su lado.

—Un día alquilaré todo un cine para nosotros —dijo mientras manejaba, con tono juguetón.

Sonreí, girando mi cabeza para mirarlo.

—¿Solo para poner Iron Man?

—¿Y qué tiene eso de malo? —respondió, sin dejar de sonreír.

—Nada, nada —aseguré, divertida.

—Tendríamos la sala para nosotros —bromeó, inclinándose hacia mí.

—Y barra libre de palomitas y refrescos —añadí, riendo.

Me recosté en el asiento, sintiendo cómo me distraía y animaba fácilmente con Jungkook.

Jungkook estacionó rápidamente junto a la entrada del cine, ya que al ser un día laboral por la noche, no había mucha gente. Pasamos un buen rato discutiendo qué película ver; él quería ver una con mucha sangre en la portada, mientras que yo prefería una comedia. Finalmente, decidimos por una romántica.

Cuando llegamos al mostrador, la chica que estaba allí se emocionó al ver a Jungkook.

—¿Eres Jungkook de BTS? —preguntó, casi sin poder contener la emoción.

—Sí, hola —respondió Jungkook, sonriendo y saludándola.

La chica salió del mostrador para tomarse fotos con él y le dio varios abrazos. 

Y me puse celosa.

La película no estuvo mal; éramos prácticamente los únicos en la sala. Hubo momentos en los que nuestras manos se rozaban, pero aparte de eso, no pasó nada.

Hasta que llegó la escena del sexo. Cuando vi que los protagonistas se besaban, sentí el impulso de girarme hacia él, y, gracias a Dios, él no se dio cuenta. A medida que la cosa se ponía más intensa en la pantalla, me sonrojé y me volví hacia Jungkook.

Todo comenzó... Por una relación abierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora