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Desperté al día siguiente, aún en el regazo de Jungkook. Levanté la vista y vi que él se había quedado dormido, su brazo descansando sobre mi cintura. Con cuidado, me levanté y salí de la sala. Al llegar al salón, me encontré con Suga y Jin, quienes me miraron muy sorprendidos.

— Buenos días... — dije, intentando sonar casual.

— ¿Buenos días? — Jin arqueó una ceja, esbozando una sonrisa traviesa. — No esperaba verte aquí tan temprano.

— Ni nosotros, ni tú. — Añadió Suga, con una media sonrisa.

Me ruboricé, sintiendo la incomodidad aumentar.

— Bueno, yo... me quedé dormida viendo películas. — Intenté justificarme.

— Sí, claro. — Jin sonrió más ampliamente. — Películas.

— ¿Jungkook está todavía dormido? — Preguntó Suga, haciendo un gesto hacia la sala.

— Sí, lo está... Espera, ¿cómo saben que estaba con Jungkook?

— Pues todos estábamos juntos... excepto él, que dijo que tenía cosas que hacer. — Respondió Jin con una sonrisa.

Me sentí expuesta, y antes de que pudiera responder, Jin añadió:

— Quédate a desayunar con nosotros.

— No creo que sea buena idea, y tengo cosas que hacer. — Intenté excusarme.

— Si te vas así, alguien se va a molestar. — Jin sonrió con picardía.

Suga asintió mientras comía una mandarina.

— Lo siento chicos, de verdad, me tengo que ir... — Agarré mis cosas y salí.

Suga me detuvo.

— ¿Y cómo te vas?

— Pedí un Uber. — Sonreí.

Por suerte, el Uber llegó rápido y me llevó directo al edificio. Rose no estaba en la recepción, y al llegar a la habitación, Lisa tampoco estaba... supongo que estaría en la residencia con Tae. Eran las 10 am, y a las 12 tenía clases. Me metí en el baño y me di una ducha larga y relajante. A mi mente llegaban las caricias de Jungkook para que durmiera y, por primera vez, ese contacto no me molestó. Si lo hubiese hecho Mingyu, estaría con un gran dolor de cabeza.

Después de la ducha, me vestí con ropa cómoda y revisé mis apuntes para la clase. Me sonó el estómago, quizás tuve que haber aceptado la comida de los chicos y no haber huido como si hubiese hecho algo malo. Solo dormí con Jungkook... en su pierna... ¿No es nada malo? ¿Verdad?

Agarré mi mochila y me dirigí a la cafetería para comprar algo de comer antes de que comenzaran las clases. Mientras masticaba un bocadillo, miré mi teléfono y vi varios mensajes de Mingyu. Bueno, decidí llamarlo. Para mi sorpresa, contestó en el segundo repique.

— Buenos días, hermosa.

— Hola, Min. ¿Cómo estás?

— Bien... Lo siento por lo de ayer. — Su tono de voz sonaba genuinamente arrepentido, pero algo en mí seguía sintiéndose distante.

— No importa, ya pasó. — Traté de sonar despreocupada, aunque la tensión aún estaba allí.

— Alejandra, ayer... ayer vi a tu papá... estaba... ya sabes, como siempre.

— Me escribió ayer pidiendo dinero, pero no le respondí, supongo que fue por mamá.

No quería pensar en mis padres; al fin y al cabo, había salido de casa y quería dejar todo eso atrás. Como me dijo mi hermano: "No mires atrás, solo enfócate en tu futuro". Y eso es lo que haré. Agarré mis cosas y me dirigí a mis clases, decidida a mantenerme enfocada en mis metas.

Todo comenzó... Por una relación abierta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora