Tras la desaparición de su madre, Adeline Cowen es enviada a casa de su tía Morganstein en un pueblo llamado Jackson donde descubrirá lo que realmente es.
Mientras Adeline revela su verdadera naturaleza conocerá a Lance, un solitario y misterioso c...
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Después de algunos años, me había acostumbrado poco a poco a mi nueva vida, al principio fue horrible comenzar de cero, adaptarme al ruido de la ciudad y a los olores. Mi nombre es Lance Brown, vivía en un departamento cercano a una universidad y trabajaba de tiempo completo como instructor en una academia de defensa personal para niños.
Sábado, 7:00 am. Estaba por salir a hacer mi rutina antes de irme al trabajo, siempre salía a correr todas las mañanas al parque para distraerme y olvidarme de todo por un rato. Había bastantes árboles y se podía sentir la humedad del roció de esa mañana.
Mientras iba corriendo, vi que el parque estaba más animado de lo normal, había varios estudiantes de esa universidad, lo sabía porque diariamente tenía que pasar por allí para ir a mi trabajo y algunas caras ya me eran familiares. Varias personas estaban caminando con sus perros también, pero hubo algo que llamó más mi atención que todas las demás cosas. Me detuve, dirigí mi vista hacia una chica, estaba corriendo, su pelo era de color rubio oscuro, traía una coleta con unos leggins negros y un top gris, parecía que su mente estuviera en otro lugar. La seguí con la mirada hasta que desapareció de mi vista, volví a trotar poco a poco. "Eso fue extraño, ¿Por qué llamó mi atención de esa manera?". Algo en ella me había parecido... diferente, por decirlo de alguna manera.
Evité darle mucha importancia y continué trotando, cuando regresé al departamento, abrí la puerta y arrojé las llaves sobre la mesa, fui directo al baño para darme una ducha rápida, cogí la camisa y el pants negro de la academia, debía de darme prisa o se me haría tarde, así que, tomé mi mochila y salí hacia el estacionamiento con las llaves colgando de mi mano.
Monté mi motocicleta. Al ir llegando, pude distinguir a mis alumnos Adén y Aron que ya estaban esperando mi llegada con impaciencia. "Creo que realmente les gusta que sea su instructor". Era extraño para mí sentir el afecto de otros, aunque siempre tuve a mi madre, no era lo mismo, realmente no sabía cómo tratar con eso.
Después de un par de minutos, llegaron los demás niños e iniciamos la clase. Alexa y Beatrice lo hacían muy bien junto con Adén y Aron, habían mejorado bastante, en muy poco estarían listos para su examen, me sentía orgulloso de que hubieran mejorado tanto con mi ayuda, terminamos la clase con normalidad y algunos padres ya estaban esperando a sus hijos.
La señora Morrison llegó temprano a recoger a su hija y como de costumbre se dirigió hacia mí.
–– ¡Maestro Brown!, ¿Cómo ha visto a Beatrice hoy?
Nuevamente podía notar que no me quitaba los ojos de encima. "Comienzo a sospechar que no solo viene a recoger a su hija precisamente". Bajé la vista y miré a Bea, me incliné para quedar a su altura.
–– Lo estás haciendo muy bien, Bea –– apreté su mejilla.
