Yuno Grinberryall y Noelle Silva, a pesar de tener vidas muy diferentes, se reencuentran y establecen un vínculo único.
Sus caminos se entrelazan a través de circunstancias inesperadas, revelando sus miedos y anhelos, y mostrando cómo el amor puede...
—¡Hola a todos! —saludó con una pequeña sonrisa, intentando no llamar demasiado la atención.
Magna y Luck estaban, como siempre, compitiendo. Esta vez, parecían estar en una intensa partida de ajedrez mágico.
—¡Noelle! —gritó Luck, levantando la vista de su juego. —¿Vienes a unirte a nuestro combate?
—No, gracias —respondió Noelle rápidamente, con una pequeña risa nerviosa. —En realidad, estaba buscando a Vanessa.
Vanessa, que estaba cómodamente sentada en el sofá con una copa de vino en la mano, levantó la vista y sonrió ampliamente.
—¡Noelle! Ven aquí, cariño —dijo Vanessa, haciendo un gesto para que se acercara. —¿Qué necesitas de mi?
Noelle se acercó a Vanessa, sintiendo un poco de vergüenza por lo que estaba a punto de pedir.
—Vanessa, ¿tienes algún traje de baño que me puedas prestar? —preguntó, intentando sonar casual, aunque su voz tenía un toque de inseguridad.
Vanessa levantó una ceja, sorprendida por la petición.
—¿Traje de baño? —repitió, mientras agitaba su mano. En un instante, su magia trajo una docena de trajes de baño diferentes que flotaban frente a Noelle. —¡Claro que sí! Mira, elige el que más te guste.
Noelle miró los trajes de baño, pero su rostro rápidamente se tiñó de un rojo intenso.
—¡Vanessa, esto no son trajes de baño normales! —exclamó, notando que la mayoría de los trajes eran extremadamente reveladores, más hilos que tela.
—¡Deberías probar algo que te permita moverte rápido, como este! —interrumpió Luck, señalando un bikini deportivo que apenas cubría lo esencial.
—Lo que importa es que sea práctico, ¿no? —dijo Magna, sin apartar los ojos del tablero de ajedrez.
—Está bien, está bien. No la presionen tanto —dijo Vanessa, levantando las manos para calmar a los demás
—¡No puedo llevar nada de esto! —dijo Noelle, cruzando los brazos.
Vanessa soltó una pequeña risa, claramente divirtiéndose con la situación.
—Entonces, ¿por qué no vamos a una tienda? Así puedes elegir algo que te haga sentir cómoda.
—Está bien, vamos —dijo Noelle, con una pequeña sonrisa.
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El lugar estaba lleno de diferentes estilos de trajes de baño, desde los más conservadores hasta los más atrevidos.
Vanessa, con su característico entusiasmo, empezó a buscar entre las perchas, eligiendo varios trajes de baño y pasándoselos a Noelle.
—¿Qué tal este? —preguntó Vanessa, sosteniendo un bikini rojo extremadamente revelador.
