Yuno Grinberryall y Noelle Silva, a pesar de tener vidas muy diferentes, se reencuentran y establecen un vínculo único.
Sus caminos se entrelazan a través de circunstancias inesperadas, revelando sus miedos y anhelos, y mostrando cómo el amor puede...
Era un sábado por la mañana, y Noelle se despertó temprano, más temprano de lo habitual. Con cuidado, se cambió rápidamente de ropa, tratando de no hacer el más mínimo ruido. Sabía que todos en la Orden de los Toros Negros aprovechaban los fines de semana para dormir hasta tarde, y no quería despertar a nadie.
Salió corriendo hacia la pastelería, ansiosa por conseguir su preciado postre. Sin embargo, cuando llegó, se detuvo en seco al ver la larga fila que ya se había formado. Miró su reloj; apenas eran las siete de la mañana, y ya había tanta gente esperando. Soltó un suspiro frustrado, pero decidió esperar pacientemente su turno.
Mientras esperaba, no pudo evitar escuchar las conversaciones de algunas chicas que estaban delante de ella en la fila. Hablaban animadamente sobre Asta, quien recientemente había sido nombrado el nuevo Rey Mago.
—¡Asta es tan guapo! —comentó una de las chicas con un suspiro. —Es un héroe, y encima está soltero...
—Sí, pero es tan obsesionado con volverse más fuerte. Desearía que dejara de pensar tanto en eso y le prestara más atención a las mujeres —añadió otra, haciendo que todas rieran.
Noelle apretó los labios al escuchar la conversación, pero se quedó callada, intentando ignorarlas. Sin embargo, cuando las chicas empezaron a hablar de Yuno.
—Yuno es de la realeza, pero es de otro país... —murmuró una de las chicas. —Aún así, no puedo evitar soñar con que algún día me note. Imagínate, ¡ser la futura reina de la Pica!
Otra chica asintió entusiastamente.
—Sí, sería un sueño si me mirara siquiera una vez...
Noelle, incapaz de soportar más, intervino con un tono irritado.
—¿Pueden callarse, por favor? —exclamó, haciendo que las chicas se giraran hacia ella. —Me desespera escucharlas rogando por la atención de Asta y Yuno. ¡Son ridículas!
Una de las chicas, ofendida, se cruzó de brazos.
—¿Y quién te crees que eres para decirnos eso?
Noelle alzó la barbilla con orgullo.
—Soy Noelle Silva, de la nobleza. Conozco a Asta porque estamos en la misma orden. Y para su información, ya tiene novia, y es Mimosa Vermillion —agregó, sintiendo una punzada de tristeza al decirlo.
Las chicas murmuraron entre ellas, sorprendidas al notar la capa de los Toros Negros que Noelle llevaba puesta. Si ella lo decía, debía ser verdad.
—Y en cuanto a Yuno... —continuó Noelle. —déjenlo en paz. Nunca les prestará atención.
Otra chica, más valiente, se atrevió a replicar.
—No tienes derecho a decirnos eso.
Noelle soltó una risa burlona.
—Claro que tengo derecho. Yuno y yo somos amigos. Créeme, no está interesado en esas cosas. Para él, es una total pérdida de tiempo. Prefiere enfocarse en su reino que en cosas insignificantes como el romance.
Las chicas se quedaron sin palabras, y tras la incómoda confrontación, algunas de ellas se salieron de la fila, abandonando la pastelería. Para Noelle, eso fue un alivio, ya que la fila se acortó significativamente.
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