Prefiero Estar Contigo - Yuno y Noelle

🍀Capítulo 8🍀

Noelle caminaba por las calles del reino del Trébol, dirigiéndose al hotel donde su amiga Kahono, que estaba de visita, se hospedaba. Al llegar al hotel, Noelle subió rápidamente las escaleras y tocó la puerta de la habitación de Kahono.

La puerta se abrió lentamente, revelando a Kiato, el hermano de Kahono. Noelle se sorprendió al verlo, ya que no esperaba encontrarlo allí. Kiato, que llevaba años enamorado de Noelle en secreto, no pudo evitar sonreír al verla.

—Noelle, qué sorpresa verte aquí —dijo Kiato con una calidez en su voz, sus ojos brillando de emoción. —Estás... más hermosa que nunca.

—Gracias, Kiato —Se aclaró la garganta, buscando un cambio de tema. —¿Cómo has estado?

—He estado bien, ocupado con algunas cosas en el templo, pero me alegra poder estar aquí ahora. ¿Y tú, Noelle? ¿Cómo has estado? —preguntó, queriendo alargar la conversación lo más posible.

—He estado bien, gracias por preguntar. —Noelle respondió con sinceridad. —Por cierto, ¿dónde está Kahono? —preguntó Noelle, recordando el propósito de su visita.

—Está en el balcón, colgando la ropa —respondió Kiato, señalando hacia la puerta que daba al balcón.

Noelle asintió y se dirigió hacia el balcón, encontró a Kahono concentrada en su tarea, tarareando una melodía suave. Noelle sonrió y se acercó para saludarla.

—¡Kahono! —llamó Noelle con entusiasmo.

Kahono se giró con una sonrisa amplia, pero antes de poder responder, un pequeño ratón corrió por el borde del balcón. Noelle, que tenía una gran fobia a los ratones, gritó de inmediato.

—¡Un ratón! —exclamó, retrocediendo con miedo.

El grito de Noelle asustó a Kahono, quien, en su pánico, se tambaleó y perdió el equilibrio, cayendo del balcón. Noelle intentó alcanzarla, pero estaba demasiado lejos.

—¡Kahono! —gritó Noelle, mirando impotente cómo su amiga caía.

Sin embargo, antes de que Kahono tocara el suelo, una ráfaga de viento la detuvo en el aire. Noelle miró hacia abajo y vio a Yuno, que usaba su magia para evitar que Kahono se lastimara. Kahono flotó suavemente hasta el suelo, donde Yuno la dejó con cuidado.

Desde el balcón, Noelle gritó preocupada.

—¡Kahono, ¿estás bien?!

Kahono levantó el pulgar con una sonrisa, indicando que estaba bien. Noelle suspiró aliviada.

—¿Qué pasó? —preguntó Kiato, que había escuchado el grito y se había acercado preocupado.

—Un ratón me asustó, y Kahono perdió el equilibrio. Pero Kahona esta bien—explicó Noelle rápidamente.

Ambos bajaron corriendo al vestíbulo, donde encontraron a Kahono conversando con Yuno.

—Yuno, gracias por salvar a Kahono —dijo Noelle, mirándolo con gratitud.

Antes de que Yuno pudiera responder, Sylph, el espíritu del viento, apareció flotando a su lado y saludó a Noelle con una sonrisa traviesa.

—¡Hola, Noelle! ¡Es un placer verte otra vez! —dijo Sylph, revoloteando alegremente alrededor de ella.

—¡Hola, Sylph! Es un placer verte también.

—¿Estás bien, Noelle? —preguntó Yuno, con un tono serio pero tranquilo.

—Sí, estoy bien —respondió Noelle, asintiendo. —Solo me asusté por un ratón.

Kiato, que había estado observando la escena con creciente inquietud, intervino.