La tarde estaba tranquila en la Orden de los Toros Negros, algo poco común considerando el caos habitual que reinaba en la base. Asta, con su energía usual, estaba entrenando en el patio, sudando mientras realizaba ejercicios de espada. La idea de volverse más fuerte siempre lo impulsaba a seguir adelante, sin importar lo duro que fuera el entrenamiento. Sin embargo, fue interrumpido por un golpe en la puerta de la entrada principal.
—¡Voy! —gritó, mientras dejaba su espada en el suelo y corría hacia la puerta, sin siquiera molestarse en limpiarse el sudor.
La puerta se abrió con un crujido. Asta lo miró con sorpresa al principio, pero sus ojos pronto se posaron en las flores que Kiato sostenía. La expresión de Asta cambió rápidamente a una mezcla de desconfianza y algo más difícil de definir.
—¿Qué haces aquí, Kiato? —preguntó Asta, cruzando los brazos sobre su pecho. Su tono era más serio de lo habitual, lo que hizo que Kiato se sintiera un poco incómodo.
—Vine a ver a Noelle —respondió Kiato, tratando de mantener la calma. Levantó ligeramente las flores, como si eso explicara todo. —Quiero darle esto.
Asta frunció el ceño, sin molestarse en ocultar su desagrado.
—¿Flores para Noelle? —repitió, como si la idea misma fuera absurda. —¿Por qué le traerías flores a Noelle?
—¿Por qué no? —Kiato respondió, aunque su tono era más defensivo de lo que pretendía. —Es una amiga, y pensé que le gustaría.
Asta soltó una risa corta, pero no era una risa amigable.
—¿Amiga? —replicó, dando un paso hacia adelante. —No parece que las flores sean algo que le darías solo a una amiga.
—No tienes idea de lo que pienso o siento por Noelle —respondió Kiato, sintiendo que la conversación estaba tomando un giro desagradable. —Solo quería hacer algo bonito por ella.
Asta no cedió, manteniendo su mirada fija en los ojos de Kiato. Había algo en su expresión que dejaba claro que no estaba dispuesto a permitir que Kiato pasara tan fácilmente.
—¿Y por qué tú, específicamente? —insistió Asta.
Kiato apretó los labios, sintiendo que la conversación estaba escapando de su control.
—No estoy aquí para discutir contigo, Asta —dijo finalmente, su voz firme. —Solo quiero ver a Noelle. ¿Está o no está aquí?
—Eso no es asunto tuyo —respondió Asta de inmediato. —Además, ¿quién te dio permiso para venir aquí y venir con intenciones... dudosas así como así?
—No necesito permiso para expresar lo que siento, Asta. Estoy aquí porque Noelle merece saber lo que hay en mi corazón.
—¿Y crees que eres el único que se preocupa por ella? —replicó Asta, sintiendo que su frustración crecía con cada palabra. —Noelle tiene a toda la Orden de los Toros Negros para apoyarla, no necesita que alguien como tú venga a distraerla con flores y palabras bonitas.
—¿Distracción? —Kiato se cruzó de brazos, su expresión tornándose más seria. —Noelle es más que capaz de manejar sus sentimientos y su deber. No subestimes su fuerza.
—¡No la estoy subestimando! —Asta dio un paso adelante, su voz elevándose. —Pero no puedo permitir que alguien venga aquí, pensando que puede simplemente ganarse su corazón con un ramo de flores. Noelle merece mucho más que eso.
—¿Y qué es lo que tú crees que ella merece, Asta? —preguntó Kiato, sus ojos clavándose en los de Asta, desafiándolo.
La tensión en el aire era palpable, ambos jóvenes se miraban fijamente, como si estuvieran a punto de iniciar una pelea. Sin embargo, antes de que pudieran intercambiar más palabras, escucharon una voz familiar que rompió la tensión entre ambos.
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Prefiero Estar Contigo - Yuno y Noelle
FanfictionYuno Grinberryall y Noelle Silva, a pesar de tener vidas muy diferentes, se reencuentran y establecen un vínculo único. Sus caminos se entrelazan a través de circunstancias inesperadas, revelando sus miedos y anhelos, y mostrando cómo el amor puede...