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POV VICKY
Decidí que necesitaba hablar con Samantha. No podía seguir así, atrapada entre el dolor y la confusión, sin saber qué realmente estaba pasando. Caminé decidida hacia el camerino donde sabía que estaría. Mi corazón latía con fuerza, cada paso hacia ella me hacía sentir más nerviosa, pero también más segura de lo que quería decirle. Necesitaba respuestas, y más que nada, necesitaba entender lo que estaba pasando entre nosotras.
Al llegar, la puerta estaba entreabierta. Me detuve un segundo al escuchar su voz, no quería interrumpir algo importante, pero lo que oí me detuvo en seco. La voz de Félix se oía fuerte y clara, y la respuesta de Samantha, aunque más suave, me rompió el corazón.
—Sabes que todo esto es por ti, Samy. No estaría aquí si no fuera porque te amo — Dijo Félix, acercándose a Samantha, quien estaba sentada en un sillón, con los ojos llorosos.
—Félix, por favor... — Respondió ella, casi en un susurro.
El se acercó más, tomando su rostro entre las manos y, antes de que pudiera procesar lo que estaba viendo, sus labios se encontraron en un beso largo y profundo. Sentí como si el suelo se desmoronara bajo mis pies. No podía seguir viendo aquello.
Retrocedí, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir, pero el dolor era demasiado fuerte. No podía soportar estar allí un segundo más. Sin pensarlo dos veces, me giré y salí del set, caminando rápido hacia la salida. Necesitaba escapar, huir de esa escena que me estaba destrozando por dentro.
El ruido del bar era justo lo que necesitaba para callar mis pensamientos. Me senté en una esquina, lejos de la música alta pero lo suficientemente cerca como para sentir la vibración de los bajos. Pedí un trago fuerte, algo que me ayudara a olvidar, aunque fuera por un momento.
Al poco rato, una chica se acercó. Tenía el cabello corto y rubio, y unos ojos verdes que brillaban bajo las luces del bar. Su sonrisa era contagiosa, y sin pensarlo, me encontré devolviéndole la sonrisa.
—¿Bailamos? — Preguntó con un guiño.
No lo pensé dos veces. Necesitaba distraerme, olvidar la imagen de Samantha y Félix, así que me levanté y la seguí a la pista de baile. Nos movimos al ritmo de la música, riendo y charlando entre canciones. La chica era encantadora, y por un momento, logré desconectar de todo.
Entonces, se inclinó hacia mí, sus labios acercándose a los míos. Cerré los ojos, dispuesta a dejarme llevar, a perderme en ese momento, pero justo antes de que sus labios tocaran los míos, apareció el rostro de Samantha. Mis ojos se abrieron de golpe, y me alejé rápidamente, confundida y sintiéndome culpable por algo que ni siquiera había hecho.
—Lo siento, no puedo— Murmuré, antes de girarme e ir apresuradamente al baño, dejándola allí, tan sorprendida como yo misma me sentía.
La entrar al baño bastante congestionado, me acerqué a un lavabo y moje mi cara, tratando de borrar la cara de Samantha en mi cabeza. No entiendo como paso eso en un momento era una chica desconocida y al otro era ella.
