Claire sentía los ojos ardiendo y estaba segura de que la mañana siguiente tendría bolsas gigantes en los ojos y el rostro hinchado. Ella y Joe estaban sentados en el sofá con la cabeza recargada en la del otro y una copa de vino en la mano. Joe había aparecido justo en el momento en que Jamie se iba del departamento después de la discusión que habían tenido el y Claire, y en lo unico que ella podía pensar eran en esas últimas palabras que el chico había dicho: "Esto se acabó, Claire".
¿Así era como todo terminaba? Después de darse la oportunidad de abrirse ante un hombre después de lo ocurrido con Frank, todo terminaba con un chantaje orquestado por una niña tonta y mimada obsesionada con Jamie.
—¿Quieres más vino? — Preguntó Joe rompiendo el silencio de casi media hora.
—Creo que debería tratar de dormir un poco. — Respondió ella susurrando. Sentía un nudo tan grande en la garganta que no conseguía hablar en un tono normal.
—¿Quieres que me quede esta noche? — Su amigo se enderezó y la miro a los ojos. —Puedo rascarte la espalda...
—Por más tentador que eso suena, no quiero hacer que llegues tarde al hospital por mi culpa — Claire tomó la mano de Joe y le dio un leve apretón — Voy a estar bien. — Se encogió de hombros — Supongo que tarde o temprano esto iba a suceder.
—Es una situación muy particular por la que ustedes dos están pasando. Tal vez, fue solo un impulso del chico y las cosas se pueden arreglar.
—No lo se, Joe. Todo esto que está sucediendo es demasiado. — Claire dejó su copa en la mesa frente al sofá. — Tener que ocultarnos y que de pronto alguien decida jugar con nosotros por eso... — Resopló y negó con la cabeza. — Es más de lo que alguien quisiera soportar en una relación.
—Los terminos fueron claros desde el principio, cariño. El chico y tu sabían en lo que se estaban metiendo. — Joe se levantó del sofá. — Y si, tal vez no estaba contemplado la ricitos de oro chantajista, pero sinceramente creo que ustedes se quieren lo bastante como para superar eso... Lo he visto, Claire. Como ustedes se miran, no es algo común.
—Sea como sea. — Claire se levantó de su asiento — Parece que ese cariño no va a ser suficiente.
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La cabeza le retumbaba, cada sonido en el ambiente sentía como si le perforaran el craneo. Los ojos le ardian y se sentía como si el peso de su cuerpo fuera el triple. Claire se pasó las manos por el cabello y siguió sacando los materiales para el examen que estaba por aplicar. Todavía le quedaban quince minutos de ventaja, pero estaba rogando porque el tiempo pasara más deprisa para poder irse del campus y sumirse en su propia tristeza en su apartamento donde la esperaba la mitad de la botella de vino de la noche anterior.
—Claire...
El corazón se le detuvo por un segundo y después latió con fuerza y rapidez sintiendo como la respiración se le agitaba y el estomago se le revolvía al escuchar su voz.
—Claire. — La llamó Jamie de nuevo mientras caminaba hacia ella.
—Jamie... — se aclaró la garganta y echó los hombros hacia atrás — ¿Podemos hablar después del examen? Por favor...
—No hay tiempo para eso. — Jamie se colocó frente a ella, con el escritorio entre ambos. — Loaghaire, ella...
—¡Que casualidad! — Los interrumpió una voz desde la puerta del aula.
Ambos miraron hacia el hombre que estaba en el limite de la puerta. Cabello oscuro, de estatura baja y delgado, y una mueca en el rostro que les garantizaba a Claire y a Jamie que estaban en problemas. El rector de la universidad, los observaba a ambos con las manos dentro de los bolsillos del pantalón. — Justo a las dos personas que estaba buscando.

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Hesitate
RomanceJames Fraser es el chico apuesto y caballeroso al que todas desean pero nadie ha podido tener pues sus ojos están puestos en su profesora Claire Beauchamp, una mujer cerrada, seria e intrigante.