—¿Estás despierto?
—Estoy terminando de ordenar unos papeles, ¿Qué pasa? — Respondió Joe del otro lado del teléfono.
—Tengo que contarte algo.
—Me lo imaginé. No creo que me estés llamando a las 2 de la mañana solo porque quieres saber como estoy.
—¿Estas sentado?
—¡Por dios mujer! Ya dime qué pasa.
Claire sonrió ante la exasperación en la voz de su amigo y se recostó en su cama mirando hacia el techo y poniendo el teléfono en altavoz.
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—¿Entonces le vas a dar una oportunidad?
—Lo vamos a intentar — Respondió ella con una pequeña sonrisa.
Le había contado a Joe lo que había pasado con Jamie y el buen rato que había pasado comiendo papás fritas y platicando con el toda la noche.
—Bueno, sí que valió la pena esta desvelada. — Ambos rieron y Joe suspiró. — Me alegra mucho que estés dándote una oportunidad, él parece un buen chico.
—No te voy a negar que tengo algo de miedo con toda esta situación, pero no puedo estar viviendo siempre con temor a que algo malo pase.
—¡Wow! Me agrada esta nueva Claire, tal parece que el chico Fraser ya está surtiendo efecto en ti.
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A pesar de haber dormido poco, Claire se sentía bien, con energía y se le escapaba una sonrisa de vez en cuando mientras caminaba hacía su salón de clases.
Cuando entró al aula se sorprendió al encontrar a Jamie ahí sentado en su lugar de siempre. Ambos se miraron y sonrieron pero no pudieron decir una palabra porque un par de alumnos entraron al salón. La doctora se sentó frente a su escritorio y sacó un par de libros de su maletín. Frente a ella estaba un vaso con café y escrito en él estaba un "que tengas lindo día", ella sonrió y tomó el vaso mirando a James que también sonreía disimuladamente.
Se sentía adolescente, con las mejillas sonrojadas, la sensación de "mariposas en el estomago" cuando sentía los ojos de James sobre ella y esa necesidad de querer arrojarse es sus brazos y sentirlo cerca. Trató de concentrarse en la clase y de que sus alumnos no se dieran cuenta de su aparente felicidad y de que sus ojos no podían despegarse del apuesto pelirrojo sentado al fondo del aula.
La clase terminó y los alumnos empezaron a salir uno de tras del otro y como la doctora esperaba Jamie se quedó hasta el final. El chico se levantó lentamente, sin prisas, y caminó hasta el escritorio de su profesora sin dejarla de mirar a los ojos. Ambos sonreían disimuladamente y con complicidad.
—Préstame tu teléfono. — Le dijo el chico extendiendo la mano.
—¿Para qué lo quieres? — Preguntó ella frunciendo el ceño.
—Solo hazlo. — Insistió él.
Claire buscó en su maletín su teléfono y no muy convencida se lo entrego a Jamie.
Con dedos rápidos y habilidosos, él presionaba la pantalla del teléfono muy concentrado en lo que hacía. La morena escuchó el sonido de otro teléfono y un par de segundos después se detuvo.
—El número que marque, es el mío. — Dijo entregándole el teléfono a Claire y sacando su teléfono del bolsillo de sus jeans — Y yo también ya tengo el tuyo — Sonrió de medio lado. — Te voy a escribir, para ponernos de acuerdo y vernos cuando termines tus clases.

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Hesitate
RomansJames Fraser es el chico apuesto y caballeroso al que todas desean pero nadie ha podido tener pues sus ojos están puestos en su profesora Claire Beauchamp, una mujer cerrada, seria e intrigante.