Capítulo 7

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Cuando Claire terminó sus clases comenzó a caminar a paso tranquilo y con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo como ya era costumbre. Su mente divagaba entre un pensamiento y el otro y cuando vio su coche recordó que su neumático estaba ponchado y se pasó las manos por el cabello.

Pero para su sorpresa, su neumático estaba como nuevo. Sonrió, porque sabía quien había sido el responsable de arreglar su neumático, y así con una pequeña sonrisa subió a su auto y comenzó a conducir hacía su departamento.

Condujo con la misma sensación de ser vigilada y con los dedos tamborileando en el volante. Cuando estuvo frente a su edificio, se estacionó en el lugar correspondiente a su departamento y pudo ver la motocicleta de James parada sobre la acera. El chico estaba recargado en el muro del edificio y con la vista siguió todos los movimientos de la doctora.

—Gracias por el neumático. — Dijo ella.

—Le prometí que le ayudaría a repararlo. — Jamie se encogió de hombros.

—Gracias.

La profesora caminó hacia la entrada del edificio y sintió como el pelirrojo hacia lo mismo. Caminaron en silencio hasta el departamento de Claire, entraron y ella se aseguró de cerrar la puerta con seguro. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre la mesa del comedor junto con su maletín y sus llaves.

James se quedó parado cerca de la puerta con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta de cuero. Esta vez llevaba una color marrón, debía ser porque su chaqueta habitual la había dejado en el departamento de su profesora.

—Siéntese sr. Fraser.

Él asintió pero esperó a que Claire se sentara en el sofá para ponerse frente a ella.

—Prefiero estar de pie, gracias.

Claire asintió y se tomó las manos, respiro profundo y trató de encontrar la forma de explicarle su pasado al chico que tenía frente ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas pero parpadeo un par de veces para evitar que estas cayeran.

—Frank. — Comenzó ella — El hombre que estuvo aquí ayer, era mi esposo. — James frunció el ceño y se cruzó de brazos — Hace aproximadamente dos años Frank y yo nos separamos... o más bien yo tomé la decisión de separarme de él. — Claire sintió un nudo en la garganta y cambió su vista hacia el piso — Él y yo nos conocimos en la facultad, ambos estudiamos medicina y ambos teníamos grandes aspiraciones... Cuando éramos novios todo era perfecto, nos comprendíamos bien pues teníamos una meta en común. Cuando terminamos la universidad ambos aplicamos para la especialidad, él en cardiología y yo en cirugía general, y a la vez decidimos casarnos... Todo era, o más bien, parecía un sueño hecho realidad.

La morena se pasó las manos por el cabello y miro a su alumno quien no había cambiado su expresión y la escuchaba con atención.

—Las cosas comenzaron a cambiar poco a poco, cuando comenzamos a vivir juntos. — Prosiguió ella — Un mes antes de casarnos, buscamos un departamento y comenzamos a vivir juntos. Al inicio solo eran interrogatorios sobre mis horas de llegada o sobre no responder el teléfono... Él decía que solo era preocupación, que no quería que me pasara nada... Nos casamos y fue como si otro hombre se apoderara de Frank; comenzó a ser posesivo, agresivo y controlador. Me llamaba cada hora, sabía mis horarios y si por algún motivo yo hacia algo diferente a lo que debía eran discusiones interminables sobre mí y mi supuesto amante. — Claire resopló y sintió como sus manos temblaban, así que las escondió bajo sus piernas — Las discusiones eran lo de menos, pero la forma en que me estrujaba del brazo o se me acercaba escupiéndome sus palabras en la cara comenzó a sembrar miedo en mí... Me convertí en una esposa sumisa, dispuesta a no hacer nada que molestara a su esposo, solo para evitar problemas... Un día Frank me vio en caminando hacia mi auto con un compañero, solo era mi amigo y sus intenciones no eran para nada amorosas, pero Frank no percibió lo mismo. — La voz de la doctora comenzó a hacerse cada vez más débil y a salir en un susurro — Esa fue la primera noche en que me golpeo; era inteligente y sus golpes siempre fueron en lugares en donde nadie iba a poder verlos.

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