Claire se miró en el espejo y se aplanó la falda del vestido con la palma de las manos las cuales le estaban sudando. Se sentía nerviosa, se había cambiado de ropa por lo menos cuatro veces y aun seguía pensando que lo que llevaba puesto no era lo indicado, pero Jamie pasaría por ella en menos de diez minutos y todavía le faltaba maquillarse un poco.
Sábado por la mañana y se había despertado más temprano de lo normal para estar lista para su cita con James. No recordaba haberse sentido tan nerviosa al tratarse de una cita, pero para ser justos solo había tenido un par de citas con Frank antes de ser novios y después de eso solamente estudiaban.
En general, James Fraser provocaba en ella sensaciones que no pensó que fueran posibles sentir, incluso con Frank jamás había sentido esa emoción de adolescente que el chico le provocaba. No tenía mucho con que comparar, Frank en verdad nunca fue un hombre romántico y él fue su primer novio y después su esposo; y ahora con Jamie descubría que se podía querer a alguien un poco más cada día, sentía miles de descargas en el cuerpo al tenerlo cerca, le robaba el aliento y solo podía pensar en saborear sus labios y en estar entre sus brazos.
¿Era eso lo que se sentía estar enamorada? Se miró al espejo y se acomodó el cabello detrás de las orejas. Pensó si realmente la palabra "enamorada" era la indicada, pero no sabía de qué otra manera describir lo que estaba sintiendo. Tal vez era apresurado decir que estaba enamorada.
El ruido de los golpes en la puerta la distrajo y miro el reloj de su teléfono. Faltaban dos minutos para las nueve de la mañana y Jamie ya había llegado por ella.
Caminó con rumbo a la puerta y se encontró del otro lado con el chico pelirrojo sonriéndole ampliamente.
—Buenos días — Saludó él — ¿Estás lista?
—Llegaste temprano — Respondió ella haciéndose a un lado permitiendo que el chico entrara al departamento.
—Es que ya no podía esperar más para verte.
Ambos sonrieron y Jamie se acercó a Clair para besar en los labios. Un beso suave y profundo hizo que las piernas de la doctora temblaran y con las manos se agarró de los hombros del chico aferrándose a él. James deslizó las manos por la espalda de la morena pegándola más a su cuerpo e introduciendo su lengua entre los labios de Claire. El chico terminó con el beso lentamente y respirando agitadamente.
—Perdón — Susurró él — Pero si te sigo besando no vamos a salir de aquí nunca, y en verdad no me importaría pero hice una reservación en un lugar que creo que te gustara mucho.
Claire sonrió y acarició la mejilla del pelirrojo sintiendo ternura y una felicidad inmensa inundar su cuerpo.
—Voy por mi bolso y nos vamos.
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Después de protestar durante cinco minutos, Claire consiguió que James aceptara irse en su coche y no en la motocicleta. Ella lo había dejado conducir y se había encontrado con la grata sorpresa de que estaban llegando Hyde Park. Una cuadra más adelante, Jamie estacionó el coche, se bajó y corrió hacia el otro lado a abrirle la puerta del auto a Claire.
El chico la tomó de la mano entrelazando sus dedos y caminaron juntos un par de pasos hasta una cafetería llamada "Aubaine", un lugar muy lindo y elegante, con una estética perfecta entre los colores del lugar y la decoración, las flores, los mosaicos del piso y los cuadros en las paredes, todo en perfecta armonía.
—Buenos días — Habló James con la chica que estaba en la entrada del lugar — Tengo una reservación a nombre de James Fraser.
—Claro que si Sr. Fraser, adelante.
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Hesitate
RomansaJames Fraser es el chico apuesto y caballeroso al que todas desean pero nadie ha podido tener pues sus ojos están puestos en su profesora Claire Beauchamp, una mujer cerrada, seria e intrigante.