(XIII)

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Sunoo flotaba cerca del internado en donde se encontraba Ni-Ki, lo ubicó en el último piso, pero la señal era confusa.

― ¿Qué carajos te hicieron? Agh, no importa, si fue algo muy malo puedo culpar a una falta de control, es muy normal a esta edad, así podría torturarlos y tal vez aprobar el examen de la academia, sería un ganar ganar ―se acercó al lugar y entró.

Todo estaba en total oscuridad, no podía ver nada y algo oprimía sus pulmones, le costaba tanto respirar que en algún momento se desmayó. Cuando se levantó una luz roja ocupó todo su campo de visión por unos segundos, luego fue reemplazada por una imagen que hizo que su corazón se detuviera y cambiara su ritmo a uno lento, como de un demonio enloquecido. 

Ni-Ki estaba encadenado, colgando del techo, sus ojos eran blancos y sus labios muy rojos, su cabello estaba completamente negro y tenía marcas por todo su débil torso, habían rastros de lágrimas en sus mejillas y un gran charco de sangre en el suelo, cuchillas incrustadas en su cuerpo y una marca de una cruz en su espalda.

― No es real, tu corazón jamás latió de esa manera, no es real, no, no lo es, lo hubiera sentido ―el corazón de Ni-Ki latía cada vez más lento hasta que se detuvo―. ¡No! ―Sunoo ya no era consciente de sus actos, sus ojos eran totalmente negros, estaba paralizado frente al cadáver―. No es real, estaría muriendo si lo fuera, no puede ser real, no estás muerto, no ―lágrimas de sangre caían por su rostro y se unían a la sangre en el suelo.

― Es cierto, no es real, pero algún día lo será, le harán esto y luego lo quemarán.

― Yugyeom. 

― No percibo miedo en tu voz, eso no me gusta ¿Quieres que te diga algo curioso de tu demonio?

― ¿Sabes algo sobre él?

― Lo sé todo, pero a ti sólo te falta saber una cosa, es un demonio sin rostro, el rostro que vez fue el que se le asignó cuando nació, podría deshacerse de eso cuando quiera ―pero Sunoo no se sorprendió, ya lo sabía, lo había hecho una vez cuando eran niños―. Oh, ya lo sabías.

― Claro, no hay razón para que no lo sepa.

― Bien, déjame decirte que no estoy aquí para hacerte daño, quiero mostrarte algo, esta vez no soy tu enemigo.

― ¿Qué eres entonces? 

― Podrías verme como un espíritu que te guiará por el camino correcto.

― ¿Y cuál sería ese camino correcto?

― Mira esto, es Ni-Ki, en su habitación, sabes que los corazones de los infernales se detienen al llegar a cierta edad, excepto de los brujos, como ves, el corazón de Ni-Ki se está volviendo más lento a medida que el demonio sale a la luz.

― Lo sacaré de aquí pronto.

― ¿Y qué harás si pierde el control? Parece que ese chico sospecha que hay algo raro con su compañero de cuarto.

― Puedo con esto, soy un príncipe.

― Lo eres, sí, pero mira bien, no puedes matar a todos los que descubran esto, estarías matando inocentes. 

― No tengo que matarlos, lo sé.

― Tengo una sugerencia, únete a él, une tu alma con la suya, no tiene que ser completo, puede quedar incompleto hasta que tengan edad suficiente, pero únete a él.

― ¿Y qué más?

― Llévalo lejos, conozco un lugar, Sunoo, puedo ayudarte escapar de todo esto, no tienes que ser un príncipe, no tienes que ser el ayudante de tu hermano, no tienes que estar para ellos, puedes abrir tus alas y volar, sólo ven conmigo y te mostraré las maravillas del norte.

Regreso | MOON TALES 5 | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora