(XXXII)

2 1 0
                                    

A pesar de que Sunoo se esforzara por evitar a su hermano, no duró más de una semana sin verlo. 

― ¿Así que ya te cansaste? 

― ¿Por qué estoy aquí? 

― Porque quiero hablar contigo y solo hablas cuando estamos en la superficie, además hubo un problema con el permiso de los papás de Jake y lo estoy solucionando, me ayudarás con eso. 

― Claro. 

― ¿Cómo estás? 

― Bueno... 

― Tienes que ser honesto conmigo, soy tu hermano y no puedes mentirme, te conozco mejor que tú mismo. 

― Es solo que es complicado. 

― Descomplícalo. 

― No es tan sencillo. 

― ¿Por qué no? 

― Porque Ni-Ki no es como solía ser, él ha cambiado y está bien, no pretendía que fuera el mismo, es solo que es un golpe un tanto fuerte. 

― Tú sabes algo que yo no. 

― ¿Te acuerdas del príncipe del norte y de su vampiro? 

― Ajá. 

― Son los padres de Ni-Ki. 

― Pero él no es un híbrido. 

― Manipulado, sabía que el príncipe podía hacer algo como eso, se quedó en mis registros de cuando era bebé. 

― ¿Y entonces? 

― Yugyeom habló conmigo, fue extraño, no le he dicho a Ni-Ki y me siento terrible por no decirle. 

― ¿Eso es todo? 

― No, la verdad es que no, Ni-Ki recuerda todo lo que le dices, siento que tengo que ser muy cauteloso cuando estoy cerca de él, pero se siente mal tratarlo de esa manera, distante. 

― ¿Por qué eres distante entonces? 

― Es complicado. 

― ¿Pasó algo entre ustedes? 

― No tanto así. 

― Sunoo, tienes que ser más específico, no entiendo a que te refieres. 

― Es que es demasiado. 

― Tú no eres del tipo que huiría de algo, eres del tipo que lo enfrenta, fuiste capaz de golpear a alguien hasta casi matarlo por mí ¿Qué te sucede ahora? 

― Yo... Bueno, Ni-Ki parecía necesitar contacto ―Sunoo tragó la sangre como si le doliera y apartó la mirada de su hermano―. Parecía sediento al principio, así que le ofrecí mi sangre. 

― Sunoo ―el susurro consternado de su hermano le provocó una corriente de culpa―. ¿Qué has hecho? 

― Le di mi sangre, la bebió, yo sabía lo riesgos, pero no pude negarme, como tampoco me negué entonces. 

― ¿Por eso no has ido a casa? 

― No ocurrió como tal. 

― Me diste un susto de muerte. 

― Al menos no esa vez. 

― ¿Qué? 

― Se disculpó por lo que pasó, estuvimos bien por un tiempo, pero el otro día cuando tomé tus tareas del día... Ni-Ki necesita mi sangre, lo sabes, no puedo ir hacia su padre y pedirle que me entregue un poco de su sangre, no quiero tener que hablar con él nunca, lo sabes. 

― Sí, lo sé, pero es tu salud la que está en juego aquí también ¿Has pensado en eso? 

― No... No me importó. 

― Sunoo. 

― Basta, no digas más, solo quiero olvidarlo. 

― Sabes que. 

― Sí, claro que lo sé, pero si Jungwon no ha sentido nada, entonces es probable que no haya sucedido, además, Ni-Ki no actúa de manera diferente. 

― Detén esto, no dejes que beba tu sangre. 

― Hermano. 

― Al menos no desde la fuente, ten una reserva si eso quieres, su veneno te hace daño. 

― No toma mucha sangre. 

― Si ha perdido el control con poca sangre, no quiero imaginar lo que pasará cuando decidas que tienes sangre de sobra. 

― Puedo hacerlo. 

― ¿Sabes por qué pedí esta habitación? 

― Porque es privado, nadie nos escucharía aquí. 

Sunghoon destrozó la tela del buzo que Sunoo traía puesto, dejando al descubierto su piel, tenía heridas, golpes, mordeduras, rasguños, cortes. 

― ¿Cómo debo entender esto? ¿Puedes manejar esto? ―una herida es particular había sido lo que llamó la atención de Sunghoon, una herida en el cuello de Sunoo, colmillos afilados traspasando la piel de porcelana de Sunoo, destrozando su carne, una herida infectada de veneno, con la piel muriendo alrededor―. Su veneno es demasiado fuerte. 

― No lo es, es mi deber hacer esto, nací para él, como él para mí, no puede hacerme daño. 

― Sí puede y lo está haciendo. 

― Es problema mío lo que ocurra. 

― No, eres mi hermano, esto también es problema mío. 

― Concéntrate en tu novio y tu hijo, yo puedo cuidarme solo. 

― No seas necio, por favor, detén esto. 

― Ni-Ki lo detuvo por sí mismo, no tienes de que preocuparte. 

― Hablaré con él. 

― No. 

― Sí, iré a verlo y hablaré con él, no tienes opción ―Sunoo empezó a temblar con la idea de una intromisión en su casa. 

― No entrarás a mi casa. 

― Sunoo ¿Estás oyendo lo que dices? ¿Sabes cómo suena eso? Te estás preparando y no permitiré que eso suceda. 

― No puedes entrar ahí. 

― Entonces trae a Riki hasta aquí. No entraré a tu casa, pero no desistiré de hablar con él. 

― Bien. 

― No entraré a tu casa, tranquilo ―Sunoo aún temblaba ligeramente―. No lo haré, lo juro. 

― Sí, entiendo. 

― No te lastimes, por favor. 

― Estaré bien. 

― No soportaría que te hiciera daño ¿Lo sabes? No puedo soportar que llores, es como si me arrancar la piel a pedazos, no permitas que te haga daño. 

― No lo permitiré, estaré bien. 

― No olvides que te quiero. 

― Yo también te quiero. 

Regreso | MOON TALES 5 | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora