(XVIII)

2 1 0
                                    

Heeseung hacía visitas más seguidas a la casa real, ahora que la decisión sobre el bebé se había tomado era su responsabilidad monitorear el crecimiento de la criatura. 

― ¿Cómo te sientes? 

― No menos vivo que ayer ¿Qué haces aquí? Digo, aprecio el esfuerzo y la dedicación que le pones a tu trabajo, pero de verdad, es un poco demasiado tener visitas diarias de un brujo. 

― Tu pequeña energía no se altera mucho con mi magia y tengo que recolectar todos los datos para dárselos al brujo mayor, cuya magia es aún mejor que la mía en esta situación, así que necesito venir diariamente por una semana más, además no tienes de que quejarte, siempre te traigo alguna cosa. 

― Bueno sí, pero igual. 

― Ya no te soporto ―Jake rió, se sentía tranquilo con el brujo, era el único que no lo trataba como si fuera la cosa más delicada, como si fuera a romperse, el único que no lo evitaba a parte de Sunghoon. 

― Quería preguntar esto desde que llegué ¿Estuviste llorando? 

― ¿Cómo lo sabes? 

― Tus ojos, se ponen así cuando llorar, recuerda que yo te ayudaba cuando el dolor era demasiado. 

― Cierto ¿Cómo me veo? Sé honesto. 

― Te ves terrible, estás hecho un desastre y parece que te hubiera arrollado un camión. 

― Gracias. 

― De nada. 

― No, de verdad, gracias por la honestidad, sé que nadie más me lo diría, todos dirán que es normal y que pronto recuperaré mi antiguo vigor y mi apariencia perfecta ―la ironía era palpable en el tono de su voz―. Sé que no es cierto y la verdad es que eso me hace sentir peor que el hecho de parecer un muerto en vida, a decir verdad no me preocupa mucho mi apariencia, solo quiero que esto acabe, no me malinterpretes, ahora estoy más que encantado con la idea de tener un hijo, no es que hice que todo el consejo aprobara mi decisión para retractarme al segundo, es solo que es demasiado agotador lidiar con la lástima de todos, ya tuve mucho de eso en la manada con el asunto del lazo y eso. 

― Mnn, bueno, esto es lo que yo veo, un lobo fuerte y decidido a seguir sus propios caprichos, ya algo se te metió en la cabeza y bueno, yo no soy quien para oponerme, solo quiero que estés bien, porque en cuanto a tu alma sigue siendo el mismo chico loco que conocí, así que será estupendo el día en que eso se refleje en tu aspecto físico. 

― Gracias. 

― Para eso estoy, cada que quieras verdades crudas, solo llámame, ahora recuéstate y deja de mover las piernas, no vas a cambiar por más que lo desees, a menos que quieras estar agonizando de dolor por una semana entera. 

― Ya lo sé. 

― Pues parece que no lo sabes. 

― Extraño el sentimiento, mis patas en la tierra húmeda y el viento en mi pelaje, es algo casi divino. 

― Suena genial, tal vez debería copiarles a los hermanos y tratar de convertirme en un animal. 

― Yo te veo cara de algún puma o algo así, luces feroz. 

― Me subes la autoestima, que lindo. 

― ¿Y qué tal? 

― Uhm, ya se te nota un poco, bueno, ya son cuatro meses, para que. 

― Cuatro meses, suena irreal. 

― Sí, para mí también suena irreal que esos hijos de puta a los que llamo familia se hayan tomado cuatro meses en hacer esa dichosa reunión y que para colmo sea yo el responsable de esto, justo cuando al fin iba a pedir mis tan merecidas vacaciones. 

― ¿Descansas? Y yo que creía que eras un adicto al trabajo. 

― Me gusta mi empleo, pero todo el mundo necesita un buen descansa de vez en cuando. 

― Lo siento. 

― Nah, me da material de entretenimiento, estar atendiendo está situación de primera mano es algo con lo que muchos brujos solo pueden soñar, ese lado de mí está más que complacido con tu decisión ―Heeseung sonrió―. Permíteme ser un poco brujo loco aquí, si no hubieras tomado esa decisión, hubiera perdido un importante objeto de estudio, es un híbrido concebido naturalmente, pero con ligera y burda intervención mágica, es único. 

― Sí que estás loco. 

― Tu hijo será una maravilla y tengo la teoría de que sacará lo mejor de ambos lados, soy un brujo de ADN, sé de lo que hablo. 

― Podrías ayudarlo. 

― Sí, exactamente, pero comparado con el señor Hoseok yo soy solo un aprendiz. 

― ¿De verdad? 

― Sí, es una fortuna que su esposo lo haya hecho regresar, hubiera sido una completa pérdida si ese viejo loco se dejaba morir. 

― ¿Crees que ellos estarán bien? 

― Sin duda, los brujos evolucionamos hasta el punto en que nuestra unión tiene que ser demasiado especial para funcionar, si nuestra otra mitad es débil no serviría y el lazo funciona así, tienen que ser individuos con energías compatibles y complementarias, que funcionen juntas, así que naturalmente el señor Yoongi es una bestia en cuanto a fuerza de alma, estará bien, así como lo estará Jungwon el día en que decida dar el siguiente paso con Jay, mi pobre muchacho, lo tienen en ascuas. 

― Mnn, confío en que sabes de lo que hablas. 

― Claro que lo sé. 

― ¿Crees que sea muy pronto para buscarle un nombre? 

― Nah, los actuales reyes se tomaron su tiempo con el segundo y luego el pobre niño estuvo una semana siendo solo el nuevo bebé porque no tenía nombre, lo mismo pasó con el señor Yeonjun, se tomaron su tiempo porque estaban en una situación parecida a la tuya y al final le pusieron nombre cuando cumplió tres meses, no, no condenes al pobrecillo a vivir sin nombre por tres meses. 

― Ok, lo tendré en cuenta. 

― Bien, avísame si te sientes mal o simplemente manda a Sunghoon, últimamente lo tienen ni que paloma mensajera y no parece importarle. 

― Ni lo menciones. 

― ¿Pelearon? 

― No, solo que él también me trata como si fuera de cristal. 

― Ya lo hacía desde antes. 

― Y era molesto, ahora es insoportable ―el brujo soltó una carcajada―. No te burles. 

― Sedúcelo hasta que acepte tener sexo contigo, créeme, funcionará. 

― Supongo que no debo preguntar cómo es que sabes eso. 

― No, no debes, bueno, yo debo irme, por cierto, dije que te veías terrible, pero la verdad es que te ves mucho mejor que hace un mes y que tu energía se estabilizó un poco, así que sigue así. 

― Hasta mañana entonces. 

― Hasta mañana, me cuentas tus avances con el príncipe. 

Regreso | MOON TALES 5 | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora