(XXIX)

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Jake seguía recostado en la cama, respirando profundo antes de decidirse a dejar pasar a Sunghoon. 

― Sunghoon-ah ―Jake solo tenía puesto una camisa de Sunghoon que le quedaba un poco grande, sus muslos se veían y a pesar de haber perdido un poco de peso, no se veía mal, seguía teniendo la misma contextura atlética de antes―. Oh, hola Sun. 

― Hola ¿Cómo estás? 

― Mejor ¿Y cómo estás tú? 

― Bien, más estable, creo, no lo sé, aún es raro pasar tiempo con él, hay muchas cosas que decir. 

― Mnn, debe serlo. 

― Y ya debería irme, hasta pronto, cuídense ―Sunoo se despidió rápidamente y abandonó el castillo. 

― Jake. 

― Ven, te extrañé anoche. 

― Tú dijiste que me fuera. 

― Pero no creí que de verdad lo harías. 

― Tú lo pediste, lucías molesto y creí que sería mejor darte tu espacio, lo lamento, de todas formas, lo siento por haber hecho lo que me pediste y no leer tu mente, de verdad lo lamento. 

― No me hagas sonar como un histérico irracional ―por más que luciera absolutamente molesto por esa respuesta, en el fondo le hizo sentir mejor sobre todo, esa pequeña pelea le había devuelto los ánimos. 

― Ya, está bien, lo siento mucho, no quería incomodarte. 

― Me incomoda tu actitud y la de todos hacia mí, te dije, odio ese tipo de lástima, me miran como si no tuviera esperanza alguna y es molesto, realmente molesto. 

― Ya, solo es preocupación. 

― Lo sé, pero eso no quita que sea molesto ―antes de que Sunghoon pudiera siquiera decir algo, ya tenía al lobo besándolo salvajemente―. Ya no quiero pensar en eso, te necesito. 

― Jake, no, estás demasiado débil como para esto ―pero el lobo no escuchaba su palabras, ya había empezado su trabajo arrastrando a Sunghoon dentro de la habitación y cerrando la puerta―. Jake, por favor. 

― Cállate, no pregunté tu opinión sobre esto. 

― Maldita sea, no muerdas ―Jake enterró sus caninos en el cuello de Sunghoon, lamiendo la sangre, mientras contenía al vampiro contra la pared―. ¿Acaso debo mandarte a la escuela otra vez? 

― Tu sangre... 

― Me suponía que la necesitarías en algún momento, no creí que sería tan pronto, pero no muerdas ―los ojos del vampiro alternaban entre rojos y su color natural. 

― No has comido.  

― Jake, no he tenido tiempo, no es gran cosa. 

― ¿Hace cuánto no has comido? 

― Un par de semanas, creo, no es como que me preocupe por eso realmente, estaba demasiado ocupado contigo. 

― Oh, es mi culpa ahora. 

― De verdad estás decidido a pelear hoy ¿No es así? 

― Y tú estás decidido a ser un imbécil. 

― No quiero tocarte ahora. 

― Tu cuerpo no dice lo mismo ―Jake sentía la creciente erección de Sunghoon. 

― No quiero lastimarte. 

― No lo harás. 

Parecía que no existía argumento o ruego capaz de detener a Jake una vez que se había decidido a algo, ya que Sunghoon se vio despojado de su ropa en cuestión de minutos sin importar cuantas palabras salieran de su boca, seguramente Jake estaría ignorando cada una de sus súplicas y hay que admitir que el vampiro empezaba a perder el control de sus deseos. 

― A la mierda ―gruñó y tomó a su lobo de las caderas, lo cargó y dejó delicadamente en la cama―. No te arrepientas. 

― Jamás. 

Jake seguía con la mirada a Sunghoon, contemplado su cuerpo desnudo, deseándolo. 

― ¿De verdad? 

― No quiero que te muevas, corazón, hoy no, a menos, claro está, que logres romperlas. 

― Uhm, interesante. 

Igual que la primera vez, el cuerpo de Jake seguía siendo la fuente de los más lujuriosos deseos del vampiro. 

― Tu piel está... 

― Fría. 

― ¿Es por no cambiar? 

― Mnn, en parte. 

― Extraño el sentimiento, no lo había notado hasta ahora. 

― Estás tan cerca, podrías morderme. 

― No lo haré, no tomaré tu sangre cuando no estoy seguro de poder controlarme, iré por sangre en otro momento. 

― ¿No lo necesitas acaso? 

― Creo que a ti te vendría mejor que esté desesperado por un poco de sangre, me vuelve salvaje y pareces tener un gusto especial por verme perder la cabeza. 

― Lamento mucho lo de las cavernas, de verdad no lo había notado, estaba demasiado ocupado observando la maravilla de hielo como para concentrarme en mi novio de hielo. 

― Solo creí que habiéndote pedido que te unieras a mí ese día quedaría más que claro que no quería tu cuerpo lejos del mío y mucho menos que tus ojos vieran otra cosa que no fuera yo. 

― Lo lamento, de verdad lo lamento ¿Me crees? 

― Solo estás intentando que sea más suave contigo, no lo seré y no, no te creo una sola palabra. 

― Mnn, no querías lastimarme ¿Recuerdas? 

― ¿Qué debería hacer contigo? ―un dedo helado fue introducido en su entrada causando que un gemido suspirado saliera de su boca―. ¿Debería ser gentil? ¿Debería enseñarte a no jugar con un miembro de la realeza? ¿Debería... cumplir tus deseos, alteza? 

― ¿Ah? 

― Alteza, sí, es mi título, su alteza real, el príncipe heredero ―Sunghoon suspiró―. Si esos son mis títulos a ti te corresponde el título de alteza rea, príncipe Bang Jake, suena perfecto, mnn, sí, mi príncipe ―con una sonrisa sádica introdujo otro dedo―. Mi príncipe ¿Podría escucharlo gemir en alto? ¿Podría su alteza satisfacer los deseos de este pobre siervo suyo? Vamos Jakie, no te contengas, nadie te escuchará y bueno, ya hicimos un bebé de todas formas. 

Jake suspiraba pesadamente, se negaba a pronunciar palabra, conteniendo los gemidos y el deseo de gritar el nombre del príncipe con suaves suspiros. 

― Ba-Basta de esto, para. 

― Dijiste que fuera suave, cachorrito. 

― Te pedí gentileza, no una tortura ―Jake temblaba al más mínimo toque de Sunghoon, aún con su camisa puesta. 

― De verdad podría morderte ahora mismo. 

― Hazlo, por favor, hazlo. 

― No ruegues tanto, me terminaré acostumbrando. 

Jake gimió en alto el nombre de su príncipe cuando unos afilados colmillos se clavaron en su cuello, siempre amaría esa sensación, su sangre fluyendo y el veneno entrando en su sistema. 

Regreso | MOON TALES 5 | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora