(XXIV)

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Llegó un tiempo en el que Jake parecía volver a confiar, así que intentaron usar magia con él, pero fue un error terrible, su mente se perdió al punto que ya no respiraba.

― ¡Jake! ―Sunghoon lo mordió tan fuerte.

― Hoon.

― Lo siento, necesitaba sangre.

― Oh.

― No me haces daño, lo juro.

― No te vayas.

― No me estoy yendo.

― No dejes que me toquen, por favor, no quiero hacerles daño y no puedo controlar esto, por favor, duele demasiado.

― Nadie te hará daño, mientras yo viva, nadie se atreverá a ponerte un solo dedo encima, nadie.

― Te amo.

― Y yo a ti.

Jake estaba volviendo a recuperar su vitalidad, muy lentamente. 

Sunoo por otro lado, estaba solo en su misión inicial y tan preocupado como estaba, olvidó que el tiempo que tenía era corto y Riki pronto tendría que regresar a ese horrible lugar. 

― Pareces tan feliz, me gustaría que te quedarás así para siempre, pero no es posible, no importa, no tienes que preocuparte, yo te cuido.  

― Estoy aquí. 

― Jungwon. 

― No te dejaría solo, yo quemaré ese lugar, tú encárgate de Riki, que no vea lo que su padre hizo. 

― Su madre era realmente una buena mujer. 

― Ve con él. 

― Gracias. 

Sunoo sintió su corazón aligerarse y se apresuró hacia la habitación de Riki, el adolescente, por fortuna, estaba dormido, no vería nada de lo que ocurrió y tal vez no recordaría esta vida. 

El ritual era sencillo, en cuanto la sangre de Sunoo tocó los labios de Riki, todo desapareció, todo cambió, su mente se borró y las alas que no se habían usado en muchos años surgieron en la blanquecina espalda, cortando la piel; sin embargo, Riki no despertó, no hasta que el ritual estuvo completo, entonces sus ojos se abrieron y fue como si nada hubiera pasado desde la última vez que esos mismos ojos llorosos fueron lo último que vio, lo recordaba todo, ambas vidas eran una sola ahora. 

― Sunoo. 

― Te extrañé. 

Las palabras pronunciadas por la dulce voz encendieron en él algo tan profundo y crudo, algo instintivo y primitivo, un deseo que quemaba como fuego en su pecho, un anhelo que siempre había estado con él, que lo había seguido todos esos años, ahí, frente a él se encontraba el sujeto de sus más crudos deseos. 

Regreso | MOON TALES 5 | jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora