El sol se alzaba en el horizonte, proyectando largas sombras sobre el campo de batalla. Los restos de la confrontación aún eran visibles, pero el silencio que reinaba ahora era un contraste marcado con el caos de los días anteriores. Artoria, montada en su imponente corcel blanco, echó un último vistazo al campamento antes de girar su atención hacia Sir Aldric, quien coordinaba a los caballeros que permanecerían en la zona.
—Asegúrate de mantener la vigilancia. No podemos permitir que el enemigo tome ventaja de nuestra retirada —ordenó Artoria, su voz firme pero cargada de responsabilidad.
—Así será, mi rey —respondió Sir Aldric con una inclinación de cabeza antes de montar su propio caballo, dispuesto a llevar a cabo la misión.
Artoria espoleó a su corcel, dirigiéndolo hacia el camino de regreso a Camelot. A su derecha, Merlín cabalgaba con su usual tranquilidad, mientras que a su izquierda, Mordred montaba junto a Ashira. Mordred sostenía las riendas con una mano firme, mientras que Ashira, visiblemente agotada, dormía con la cabeza apoyada en la espalda de Mordred. El rostro de Ashira, suavizado por el sueño, contrastaba con la habitual dureza que mostraba en el campo de batalla.
Artoria observó la escena por un momento antes de dirigir su mirada hacia Merlín.
—¿Desde cuándo son tan unidas? —preguntó, sus ojos volviendo brevemente a las dos jóvenes.
Merlín sonrió de manera juguetona, como si disfrutara de la ignorancia de Artoria en asuntos tan cotidianos.
—Te sorprendería cuánto pasan desapercibidas las pequeñas cosas, mi rey —respondió con un tono que mezclaba diversión y sabiduría—. Mordred y Ashira se conocieron cuando ambas eran apenas unas novatas. Compartían un objetivo común, y esa afinidad las unió rápidamente. Se podría decir que tienen una relación de hermanas, donde Mordred es la mayor y protectora, y Ashira, la pequeña pero feroz aprendiz. Hacen un buen equipo.
Artoria asintió, meditando sobre las palabras de Merlín mientras volvía a mirar a las dos jóvenes. La protectora pose de Mordred y la tranquila vulnerabilidad de Ashira eran un testimonio silencioso de la profundidad de su vínculo.
—Un buen equipo, sí… —murmuró para sí misma antes de fijar la vista en el camino.
Dos semanas pasaron desde el regreso a Camelot. Las heridas de la batalla comenzaban a sanar, y la vida en la fortaleza volvía lentamente a la normalidad. Sin embargo, para algunos, el trabajo nunca terminaba. Ashira, habiéndose recuperado de sus heridas, se sumergió de lleno en la tarea de perfeccionar su anillo, mientras Artoria se preparaba para una reunión crucial con los caballeros de la Mesa Redonda.
La cámara de la Mesa Redonda era un lugar sagrado, donde solo los más dignos se reunían para deliberar sobre el destino del reino. Artoria, ocupando su lugar en la cabecera, observó a los caballeros que se sentaban a su alrededor: Mordred, Lancelot, Gawain, Bedivere, Tristan, Gareth, Agravain, Galahad, y Kay. Cada uno tenía una expresión que reflejaba su carácter: desde la severa concentración de Lancelot hasta la curiosidad mezclada con ligera sospecha en los ojos de Mordred.
—He convocado esta reunión para discutir un asunto de gran importancia —comenzó Artoria, su voz resonando con autoridad en la cámara—. Todos sois conscientes del papel crucial que Ashira jugó en nuestra última victoria. Su liderazgo y habilidades han demostrado ser excepcionales, y quiero saber vuestras opiniones sobre la posibilidad de que se convierta en miembro de la Mesa Redonda.
El primero en hablar fue Lancelot, su tono respetuoso pero firme.
—No hay duda de que Ashira es una guerrera formidable. Su capacidad para liderar en medio del caos es impresionante. Sin embargo… —hizo una pausa, sus ojos recorriendo a sus compañeros antes de volver a Artoria—. La Mesa Redonda no es solo un lugar para los más fuertes en combate, sino también para aquellos con un espíritu inquebrantable y un juicio impecable. ¿Está Ashira preparada para ese tipo de responsabilidad?
ESTÁS LEYENDO
Herencia de Luz y Sombra
FanficAshira, nacio siendo la hija de Morgan Le Fay, es abandonada por su madre en las frías calles de Camelot. Creciendo en la miseria, su vida da un giro inesperado cuando el sabio Merlin convence a Artoria Pendragon, la Rey de los Caballeros, para que...