☆ Capítulo 5

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–¿Cenamos juntos?

–Claro, Chris.

Christopher me sonríe y se adelante a la cocina mientras yo espero a que Felix, que acaba de regresar de su horario de comida, termine por acomodarse para comenzar a atender un par de mesas que acaban de ocuparse. Jeongin suele ser el último en salir a cenar, por lo cual solo le hago una señal a lo lejos para avisarle que saldré ahora, él solo me dedica una sonrisa antes de regresar su atención a los clientes que está atendiendo.

Cuando estoy de camino a la cocina, mi amigo pecoso me presiona el brazo por un instante y me lanza una mirada significativa, que claramente puedo interpretar, mientras se aleja de nuevo. Se lo que está pensando. En realidad se lo que todos están pensando, incluso he escuchado los comentarios al respecto.

Las últimas dos semanas Christopher y yo hemos pasado bastante tiempo juntos y eso, claramente, no ha pasado desapercibido para nadie. No es como si estuviéramos saliendo ni nada por el estilo, de hecho estoy bastante seguro de que sigue enrollandose con cualquiera de vez en cuando. Incluso la semana pasada faltó un par de días al trabajo. Sin embargo, hemos estado comiendo juntos de vez en cuando y también se ha encargado de llevarme a casa los fines de semana. En este punto podría decir que nos hemos vuelto cercanos, he llegado a conocerlo un poco más y él a mi. Le he platicado sobre Hyunjin y él a mí sobre su esposa, o mejor dicho ex esposa. También debo admitir que en alguna ocasión hemos coqueteado un poco entre nosotros, nada demasiado descarado, simplemente algunas miradas y sonrisas disfrazadas de inocencia. Pero los rumores están ahí, sobre todo entre los chicos de cocina y los compañeros de Changbin.

Decidido a no preocuparme más de la cuenta, me dirijo a la cocina donde Christopher me espera con una sonrisa. Tomo asiento a su lado, en la larga mesa designada para las comidas del personal.

–¿Todo en orden? –pregunta cuando nota el silencio en el que me he envuelto, concentrado únicamente en desgustar la deliciosa pasta que ha pedido hoy para nosotros.

–Si, eso creo –murmuro mientras fijo mi mirada en la suya.

–¿Quieres hablar sobre eso? Sabes que puedes confiar en mi.

–Si, lo sé –en verdad que lo sé–. Tal vez más tarde.

Él asiente y en silencio continuamos comiendo. En realidad he descubierto que la compañía de Christopher me gusta demasiado. Tal vez más de lo que debería. Tal vez sea buena idea comenzar a hablar al respecto. No es como si me encontrara anhelando tener una relación con él y estoy seguro que él tampoco está buscando nada por el estilo, pero mi corazón suele ser un poco estúpido. No quisiera comenzar a hacerme ilusiones de nuevo.

Cuando los últimos clientes se despiden con una enorme sonrisa de satisfacción, como suele suceder en repetidas ocasiones gracias al agradable ambiente en el lugar y la comida deliciosa, nos dirigimos a los lockers mientras Christopher se encarga de cerrar las puertas.

Cuando todos estamos fuera cada quien toma su propio camino. Mis amigos se despiden con un abrazo de mi, ni siquiera me preguntan si quiero compartir un taxi con ellos o si quiero que me esperen a que pueda conseguir uno por mi cuenta, después de todo es sábado y ellos saben que Christopher se encargará de llevarme a salvo hasta las puertas de mi departamento, bueno, estoy seguro que todos en el restaurante lo saben.

–¿Nos vamos? –pregunta mientras comprueba haber cerrado las puertas traseras de manera correcta.

Simplemente le sonrío y lo sigo hacia su auto, aquel auto plateado que se ha convertido en una constante para mis viajes a casa.

–Chris –le digo cuando se detiene en un semáforo en rojo–, ¿puedo preguntarte algo un poco personal?

–Puedes preguntar lo que quieras, pequeño –dice en medio de una de sus típicas sonrisas–. ¿Qué sucede? –pregunta porque de nuevo me he perdido en ese simple gesto.

–Mmm, en realidad es un poco vergonzoso.

–Te escucho. Prometo no burlarme –presiona su mano sobre una de mis rodillas antes de poner el auto en marcha de nuevo.

–¿Has escuchado lo que dicen últimamente en el restaurante?

–¿A qué te refieres? Sabes que ahí se habla sobre muchas cosas.

–Lo sé, pero hablo de nosotros. No es como si estuviera diciendo que hay un nosotros ni nada por el estilo. Es decir, se que hemos pasado mucho tiempo juntos, pero entiendo perfectamente que somos amigos. Ni siquiera me ha pasado por la mente que estés pensando en algo más que eso cuando me invitas a cenar o cuando me traes a casa –guardo silencio de pronto cuando me doy cuenta de que he empezado a divagar en voz alta, puedo sentir mis mejillas y orejas enrojecer entonces bajo la mirada a mis manos, pero lo escucho reír y giro el rostro para mirarlo–. Prometiste que no te burlarías –le reprocho mientras me cruzo de brazos.

–No me estoy burlando. Es solo que me pareces demasiado tierno –detiene el auto y se desabrocha el cinturón de seguridad, entonces me doy cuenta que hemos llegado–. ¿Estás preocupado porque los demás piensen mal de ti?

–No, es decir ¿un poco? No lo sé realmente, creo que me preocupa más el hecho de estarme convirtiendo en uno más para ti.

–¿Y quién ha dicho que eres uno más para mi? –su pregunta me hace separar los labios en busca de algo que decir, lo que sea, pero realmente nada sale de ahí– Mira, entiendo que estés confundido en este momento y que tal vez mi reputación no ayude mucho, pero quiero que estés seguro de algo –una de sus manos sostiene una de las mías.

–¿De qué? –pregunto mientras miro hacia nuestras manos entrelazadas.

–En verdad me gusta pasar tiempo contigo. Eres un chico increíble y muy tierno cuando te sonrojas –sin poderlo evitar llevo mi mano libre hacia mi rostro y él sonríe–. Sé que ambos hemos pasado por situaciones difíciles últimamente y no quiero adelantarme a nada, pero me gustaría que saliéramos de vez en cuando, que nos siguiéramos conociendo y compartiendo tiempo juntos. Tal vez no te pueda prometer un futuro juntos, al menos no por ahora, pero lo que si puedo prometer es que nunca voy a mentirte ni a engañarte en lo que a mis sentimientos se refiere. Sé que tienes miedo, pero siempre voy a ser honesto contigo y voy a estar aquí para ti mientras tú quieras que sea así. ¿De acuerdo?

Sus palabras me parecieron tan sinceras en ese momento que en verdad le creí.

A true love for MinnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora