☆ Capítulo 16 ☆

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El ruido fuera de mi habitación me ha mantenido despierto y frustrado durante los últimos minutos, pero aún no he podido encontrar el valor necesario para levantarme de la cama. Sé que es Minho, sé que de alguna manera pensó que era buena idea quedarse después de mi fracasado intento por seducirlo. Tal vez después de todo no había bebido tanto como pensaba ya que, para mi buena o muy mala suerte, puedo recordar cada momento de la noche, cada momento desde que cruzó las puertas de mi departamento, cada maldito momento hasta que me dejó en la cama antes de salir con una maldita sonrisa de suficiencia en su rostro. ¿Qué debería hacer ahora? ¿Debería intentar fingir que no recuerdo nada? Eso podría funcionar, siempre y cuando él no tenga la mínima intención de hablar al respecto.

Después de no sé cuántos minutos decido que es mejor enfrentar la situación de una buena vez por todas. Me levanto sin ánimos, me miro al espejo un par de minutos reprimiendo las ganas de burlarme de mí mismo y me dirijo a la puerta para enfrentar a mi invitado no invitado.

No es difícil encontrarlo en mi pequeño departamento, por lo que parece ha estado preparando algún tipo de desayuno improvisado o algo por el estilo. Puedo sentir el olor de los hotcakes, ni siquiera sabía que tenía algo así en mi despensa. Me quedo a una corta distancia de él, pero parece estar tan concentrado en la labor que no se da cuenta de mi presencia hasta que me aclaro la garganta para saludarlo.

–Buen día.

–Oh, estás despierto –murmura después del pequeño susto que le dio mi repentino saludo–. Buen día, Seungminnie. ¿Cómo has dormido?

–Ehm, bien... Gracias –ni siquiera puedo mirarlo a los ojos, así que en cambio decido que la vista de mis zapatillas de andar en casa es de repente muy interesante–. No pensé que fueras a quedarte.

–Si, bueno... creo que realmente bebiste mucho anoche y no quería dejarte solo en caso de que pudieras necesitar algo o sentirte mal. Lo siento, ha sido demasiado de mi parte.

–No, está bien. Yo... realmente te lo agradezco, has sido muy amable.

–Somos amigos, ¿cierto? Los amigos se cuidan entre sí.

–Por supuesto.

Por supuesto que somos amigos, de otra manera no me habría rechazado antes, pero no creo que sea buena idea mencionarlo en voz alta. El plan "fingir que no recuerdo nada" tiene que llevarse a cabo.

–Espero no haber sido una molestia tan grande para ti. Realmente me pierdo un poco cuando bebo demasiado alcohol.

–Para nada, Seungmin. Nunca eres una molestia, así que ni siquiera lo pienses.

–Bien. Ehm, ¿hotcakes? No sabía que tenía eso en casa.

–En realidad no lo tenías. He pedido un par de cosas a domicilio mientras dormías. También me he adueñado un poco de tu cocina, espero que no te importe demasiado.

–Bueno, eso depende. ¿Piensas compartir un poco de eso conmigo?

–Por supuesto –sonríe y mi corazón se alborota–. ¿Por qué no tomas un baño mientras tanto? En un momento estará listo.

–Claro, gracias.

Cuando entro al baño después de tomar una muda limpia de ropa me pregunto si realmente estamos en mi departamento o el suyo. No es que me moleste, para nada. Es solo que realmente parece haberse apropiado de todo. Por lo menos debo agradecer el hecho de que no haya mencionado nada sobre el bochornoso momento de la madrugada. Supongo que el plan funciona bien para los dos.

El desayuno trascurre en silencio, pero puedo sentir su mirada sobre mí todo el tiempo a pesar de que he decidido mirar cualquier cosa excepto a él.

–Seungmin –menciona cuando llevo el último bocado a mi boca y me apresuro a tragar mientras los nervios comienzan a aparecer de repente–, sobre anoche...

–No, espera. Déjame hablar primero –bien, al parecer es hora de abortar el plan e irnos por el camino de la honestidad forzada, pero aún me niego a mirarle directamente–. Realmente lo lamento, ¿de acuerdo? Como tú mismo mencionaste bebí demasiado y al parecer mi resistencia no es tan fuerte como pensaba. No era mi intención hacerte sentir incómodo, ni siquiera estaba pensando correctamente cuando decidí atacarte de esa manera. Yo...

–Seungmin, detente. ¿De qué estás hablando? ¿Atacarme? ¿Cuándo hiciste eso? Yo simplemente quería agradecerte porque realmente la pasé muy bien contigo, el hecho de que hayas estado ahí celebrando mi cumpleaños conmigo realmente significa mucho para mí. Así que por favor deja de hacerte ideas extrañas en la cabeza, ¿de acuerdo?

–Oh. Si, claro –¡mierda!–. Lo siento.

–Y deja de disculparte, no hay nada por lo que tengas que hacerlo –lo escucho suspirar pesadamente mientras se levanta de su lugar y se acerca lentamente a mí–. Mírame, Seungmin –cuando no lo hago, toma mis mejillas entre sus manos y me hace mirarlo, está de pie frente a mi por lo que tiene que levantar mi rostro para estar a la altura de su mirada–. No mentí anoche, ¿de acuerdo? Realmente te deseaba, aún lo hago. Pero estoy seguro que en tu cabecita hay demasiadas cosas en las que pensar justo ahora, por eso no quería mencionar nada al respecto aún. Sin embargo, como ya lo has hecho tú quiero dejar las cosas en claro.

–Entonces... ¿no estás enojado? Yo prácticamente me lancé hacia ti –lo escucho reír entonces y levanto las cejas en señal de confusión, sus manos aún sosteniéndome tan cerca de él–. ¿Ahora es el momento en que empiezas a burlarte de mí?

–Seungmin, cariño –si mi corazón decide saltarse un par de latidos definitivamente es por esa manera de dirigirse a mí–. Realmente me gustas, ¿entiendes? Pero no estoy buscando nada casual, las aventuras de una noche no son lo mío. Me gustan las relaciones de verdad, esas donde puedo consentir día y noche sin la necesidad del sexo de por medio. Esas donde mi pareja puede tomarme de la mano y sonreír de manera orgullosa porque está a mi lado. Esas donde conozco a su familia y él conoce a la mía. Donde podemos hablar de un futuro juntos. ¿Entiendes de lo que hablo?

–Si –mi cerebro definitivamente se está friendo en este momento si no puedo más que asentir y responder de manera tan pobre–, lo entiendo.

–Entonces, ¿qué es lo que estás buscando tú?

–Yo... en verdad no... no lo sé.

–Lo entiendo, ¿de acuerdo? Conozco tu historia. Sé que tal vez no debería, pero lo hago. En el restaurante se habla mucho ya lo sabes, y bueno, Chris siempre tenía algo que decir sobre ti. Por eso he intentado ir lento y darte tu espacio para reacomodar tus propias emociones, pero hace unas horas yo... –se detiene un par de segundos y su respiración me parece un poco irregular– realmente estuve a punto de mandar todo a la mierda y entregarme a ti como tú estabas dispuesto a hacerlo. Cuando me di cuenta de todo lo que aquello implicaba tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para alejarme de ti.

–Minho, yo... realmente no sé qué decir –cierro los ojos porque todo esto es demasiado–. Tú también me gustas, claramente, pero creo que tienes razón. Tal vez no esté listo para nada justo ahora.

–Lo sé, cariño –cuando siento sus labios presionar mi frente abro de nuevo los ojos–. No hay prisa, ¿de acuerdo? Además soy una persona muy paciente.

–De acuerdo.

–Bien, creo que es hora de irnos. ¿O estás planeando faltar al trabajo? Mira que el hecho de que uno de los encargados esté enamorado de ti no significa que vas a tener ventajas sobre los demás –sonríe enormemente, pero yo ni siquiera puedo reírme de su broma, mi mente queda estancada en la palabra "enamorado".

A true love for MinnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora