☆ Capítulo 7

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Miro mi teléfono de nuevo, los mensajes que le he enviado a Christopher en el transcurso de la noche siguen sin respuesta. Incluso intenté llamar un par de veces, pero Hannah tenía razón, el teléfono se ha mantenido apagado.

Abro el chat con mi amiga, son pasadas las 4 de la mañana pero la veo en línea. Le escribo para preguntar si ha sabido algo, pero simplemente responde que no.

No sé en qué momento me quedé dormido, pero el ruido de mi teléfono me hace despertar un poco asustado. Lo miro un poco adormilado y me encuentro con una llamada entrante de Felix. No alcanzo a responder, pero algunos segundos después el teléfono vuelve a sonar, insistente.

–¿Hola? –escucho mi propia voz ronca y me aclaro la garganta antes de hablar de nuevo– ¿Qué sucede, Felix?

Durante algunos segundos solo escucho silencio del otro lado, y después algo parecido a un sollozo.

–¿Felix? ¿Estás bien?

Otros largos segundos hasta que lo escucho hablar en medio de un apagado susurro.

–Yo... realmente lo siento –es todo lo que dice antes de comenzar a llorar.

En ese momento todas las alarmas de mi mente se encienden. Intento ignorarlas y respirar un par de veces antes de hablar de nuevo, pero mi voz apenas sale en medio de mis labios que han empezado a temblar.

–Felix, por favor dime qué está pasando.

–Lo siento tanto, Seungmin –apenas logro entenderlo en medio de todo ese llanto.

De manera casi automática me llevo una mano al rostro y me doy cuenta que también he empezado a llorar.

–¿Es sobre Christopher? –digo intentando apartar todas las lágrimas que ahora han comenzado a rodar libremente sobre mis mejillas–. Por favor Lix, dime que todo está bien.

El llanto de Felix aumenta ante la mención de mi jefe y es entonces cuando sé que nada está bien.

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No sé cuánto tiempo he estado metido en mi cama, envuelto entre las sábanas, desde que la llamada con Felix terminó. Siento mi cuerpo demasiado pesado y mis lágrimas apenas se han detenido un poco cuando decido levantarme al fin.

Me meto bajo la regadera y dejo que el agua se mezcle con las lágrimas que han empezado a salir de nuevo, sin previo aviso. Me mantengo así durante algunos minutos. En algún momento me encuentro a mí mismo de rodillas sobre el piso, con el rostro pegado a la fría pared y mi corazón rompiéndose en mil pedazos.

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Cuando llego al restaurante una sensación abrumadora me golpea y llena el cuerpo. Todos están ahí, todos menos Hannah, todos menos Christopher. Nadie habla, algunos chicos simplemente están ahí, de pie mirándose los unos a los otros. Algunos se encuentran abrazados entre sí, acariciándose las espaldas en un intento de brindar y recibir un poco de consuelo. Algunos más están llorando.

Me fijo en mis amigos. Changbin mantiene a Felix y a Jeongin pegados a su cuerpo, en un abrazo protector, repartiendo caricias entre ambos e intentando tranquilizarlos a través de suaves palabras. Me acerco a paso lento, ni siquiera sé cómo logré llegar hasta aquí considerando el intermitente temblor de mis piernas. Chagbin murmura algo a Felix y él al fin se separa un poco de su cuerpo para encontrarse con mi mirada. Sus ojos están rojos, hay algunas marcas de lágrimas secas adornando sus mejillas llenas de pecas. Entonces se acerca a mi, sin pensarlo demasiado y me abraza. Y yo, yo me rompo de nuevo.

A pesar de que el restaurante se ha mantenido cerrado, nadie parece querer irse. Todos permanecen aquí. El ambiente se ha calmado un poco, pero aún puedo observar los rostros descompuestos y llenos de tristeza. Christopher siempre había sido más que un jefe para todos ellos.

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No soy muy consciente de nada a mi alrededor mientras mis pasos me llevan a tomar un taxi junto a mis amigos. Ni siquiera le presto demasiada atención a la mano que Felix ha mantenido todo el tiempo unida a la mía, o a la manera en la que Jeongin se recarga sobre mi costado.

No me doy cuenta del momento en el que llegamos al lugar que Hannah le ha indicado a Changbin por teléfono. Pero la realidad de la situación me golpea de nuevo mientras entramos y un mar de gente se muestra a nuestro alrededor. Puedo escuchar algunas pláticas llevándose a cabo en medio de susurros y algunos llantos ahogados llegando desde todas direcciones. Intento mantenerme lo más en calma posible, después de todo, apenas lo conocí por ¿5 meses? La gente a mi alrededor llevaba años conociéndolo. Ni siquiera me atrevo a acercarme hacia donde su familia está, no me siento con el derecho de llorar frente a ellos. No puedo mirar a sus padres, aunque ya había tenido la oportunidad de conocerlos gracias a mi amiga. Christopher siempre hablaba con cariño de ellos, ni siquiera puedo imaginarme el dolor que deben estar sintiendo en este momento.

En algún momento de la noche Hannah se acerca a nosotros. Todos la abrazan y expresan el cariño que tienen hacia ella y su hermano, compartiendo aunque sea una mínima parte de su dolor. Yo soy el último en hacerlo. Simplemente la abrazo, no confío en que pueda decir una sola palabra sin soltarme a llorar de nuevo. Sigo repitiendo en mi mente, una y otra vez, que lo que yo siento en este momento no es nada comparado con lo suyo. La abrazo y la dejo llorar durante todo el tiempo que necesite, con su rostro pegado a mi pecho. Le acaricio el cabello y dejo algunos suaves besos sobre el.

No soy consciente del tiempo que hemos estado aquí, hasta que algunas personas comienzan a marcharse, no sin antes acercarse a despedirse de él y brindarle palabras de consuelo a sus padres. En algún momento solo quedan sus amigos más cercanos y su familia directa, entonces decido que tal vez sea el momento apropiado para marcharme también. Aunque por dentro lo único que quiero es quedarme toda la vida aquí si eso significa estar cerca de él.

Me despido de Changbin y lo abrazo muy fuerte. Él era uno de sus mejores amigos. Felix decide quedarse a su lado, sin separarse ningún momento de él. Del brazo de Jeongin me acerco al fin a donde sus padres están con Hannah, más cerca de él que cualquier otra persona. Abrazo de nuevo a Hannah y en medio de una larga reverencia y un débil  lo siento, le expreso mis condolencias a sus padres.

Jeongin es el primero en acercarse a él. No se cuánto tiempo le lleva estar ahí, pero lo veo llorar e intentar sofocar los sollozos cubriéndose la boca con ambas manos. Después se aleja y me da un rápido abrazo antes de darme paso para acercarme a él.

Mi corazón vuelve a romperse al mirarlo de esa manera, en medio de esa horrible caja. Tiene los ojos cerrados, ambos brazos cruzados por encima de su pecho. Se ve en paz, como si estuviera durmiendo. Como si en cualquier momento fuera a levantarse para hacer un mal chiste y hacernos reír a todos por sus patéticos intentos. Como si en cualquier momento fuera a levantarse y sonreírme con esa sonrisa tan bonita de ojos cerrados y hoyuelos visibles. Realmente espero que en cualquier momento se levante. Pero no lo hace. Nunca más lo volverá a hacer.

A true love for MinnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora