☆ Capítulo 1

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–Solo... déjate llevar. No me importa si me usas para desahogarte. Yo también lo necesito.

Esas palabras siguen rebotando en mi mente una y otra vez, a pesar de que apenas han pasado unos minutos desde que aquel chico las pronunció. Lo miro de nuevo, desde mi cómoda posición en la cama de aquella habitación. Se ha mantenido en silencio desde entonces, de pie a una distancia considerable desde donde yo estoy, pero su mirada no se ha apartado de mi en ningún momento. Decido, por primera vez en mucho tiempo, apartar todas esas dudas que se arremolinan en mi mente, me pongo de pie lentamente y camino hacia él. Ya tendría mucho tiempo para lamentarme o preocuparme después.

Desconecto mi mente de todos mis sentidos mientras cruzo mis brazos alrededor de su cuello y me pierdo en sus labios.

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Cuando abro los ojos algunas horas después, puedo sentir un peso extra sobre mi abdomen. Siento su respiración cerca de mi cuello y un estremecimiento recorre mi columna. Con cuidado intento retirar su brazo de encima para levantarme, lo único que deseo en este momento es ponerme algo de ropa y salir huyendo lo más pronto de este lugar. Si, como un jodido cobarde. Cuando estoy a punto de lograr mi cometido de liberar mi cuerpo siento su brazo rodeando mi cintura y presionando mi cuerpo para pegarme al suyo de nuevo. Lo escucho lanzar un suspiro antes de hablar.

–Solo un momento más, Seungmin. Después te dejaré salir corriendo si eso es lo que deseas.

Las palabras no logran salir de mis labios que se mantienen presionados en una fina línea, así que logro hacer un sonido extraño que espero logre pasar como un de acuerdo. Al parecer lo hace, porque siento la presión sobre mi cintura disminuir.

Después de unos eternos minutos lo siento soltarme por completo. La cama se mueve a mi lado haciéndome entender que se ha levantado. No soy capaz de mirarlo, me mantengo con la mirada sobre mis manos que están presionando con fuerza las sábanas que apenas logran cubrir parte de mi cuerpo desnudo. Escucho ruidos al otro lado y me imagino que se está vistiendo. Después de otros interminables minutos siento la cama moverse de nuevo y un beso presionando sobre mis cabellos rubios. Lo escucho suspirar y susurrar cerca de mi oído.

–Deberías tomarte la noche libre. Pero, por favor –se detiene unos segundos mientras sus labios presionan un nuevo beso en el mismo lugar que el anterior–, no renuncies. ¿De acuerdo? Realmente te necesito ahí.

Se levanta de nuevo y escucho sus pasos lentos dirigirse hasta la salida, entonces, haciendo uso del poco valor que tengo, me siento en la cama y lo llamo antes de que termine por abrir la puerta.

–Christopher –se gira sobre sus pies para mirarme con interés–. Estaré ahí mañana, lo prometo.

La sonrisa que me dedica hace que mi corazón se acelere durante un par de segundos.

–Nos vemos mañana, Seungmin.

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Decido permanecer el resto del día encerrado en mi departamento, con el teléfono apagado y a base de fideos instantáneos y refrescos de cola. Mirando sin interés la programación regular de la televisión en mi sala de estar, meditando un poco sobre mi situación actual.

Cuando el 2014 apenas estaba iniciando mi vida se convirtió en una total mierda. Apenas a finales del año pasado tenía la relación perfecta con el chico perfecto, o eso es lo que pensaba. Hyunjin y yo estuvimos juntos por 6 años, o casi, si no hubiera decidido de repente tirar todo a la basura. La belleza de Hyunjin siempre me pareció irreal, demasiado para este pobre mundo, y a pesar de su personalidad un poco fría con los demás solía ser bastante cálido conmigo. Realmente me hacía sentir querido y cuidado en todo momento, y yo realmente era feliz a su lado.

Nos conocimos en el instituto a través de un amigo en común, Jisung, y la atracción fue casi inmediata. Pasamos mucho tiempo juntos conociéndonos antes de ser novios y después de 4 años de relación decidimos mudarnos juntos. El primer año fue sin dudas el mejor para nuestra relación. Era como si nos mantuvieramos en una larga luna de miel.

El problema comenzó con el segundo año de nuestra convivencia en aquel pequeño departamento que su familia le había comprado cuando cumplió la mayoría de edad, aunque al principio me negaba a aceptarlo. Pensaba que solamente eran ideas mías. Que el hecho de que cada vez llegara más tarde por las noches se debía a que realmente estaba teniendo trabajo extra. Que las llamadas en medio de la noche realmente eran sus amigos teniendo problemas y necesitando de sus consejos. Que el hecho de haber reducido nuestras muestras de afecto a casi ninguna realmente era porque estaba cansado. De verdad que intentaba convencerme de que así era. Sin embargo, no pasó mucho para que descubriera que realmente si había algo más detrás de todo eso.

Fue un día de marzo cuando Jisung me lo confirmó,  aunque había empezado a tener un poco de sospechas al respecto. Hyunjin me estaba engañando, con él.



Sin muchos ánimos me levanto para darme una ducha. Es domingo, por lo cual me espera una mañana bastante activa en el restaurante. Con el teléfono en mano me dirijo a la cocina para prepararme un café, mientras abro el chat grupal donde mi jefe envía los horarios de cada mes. Reviso el mío y confirmo lo que ya sabía pero intentaba ignorar. Para mi mala suerte hoy me toca el turno doble, si, quedarme todo el día en el restaurante.

Realmente estaba considerando la idea de renunciar, de ocultarme por mucho tiempo en mi departamento hasta olvidar lo que había sucedido con Christopher. No es que Christopher sea una mala persona, al contrario. Desde que comencé a trabajar en su restaurante, hace poco más de 3 meses, siempre ha sido muy amable conmigo, apoyándome desde el principio y teniéndome paciencia a pesar del fracaso que resulté como mesero.

Cuando lo mío con Hyunjin se terminó, por supuesto que tuve que mudarme de nuevo. Afortunadamente mis padres me ayudaron a conseguir un pequeño departamento, lo suficientemente cómodo para mí y mi corazón roto. Y considerando que antes solía ser encargado en una de las boutiques de su familia, mi necesidad de cambiar de trabajo era inmensa. Estaba tan decidido a dejar todo atrás que pensé que comenzar de nuevo en algo totalmente diferente sería una buena manera de hacerlo.

El trabajo en el restaurante resultó como caído del cielo. Hannah, mi mejor amiga y hermana de Christopher, no dudó en darme una pequeña ayuda para ingresar al restaurante del mayor con facilidad. Por lo cual, después de unas largas semanas encerrado y sacando todas las lágrimas existentes de mi sistema, comencé el trabajo con una nueva resolución de salir adelante.

Así que, además de la promesa a Christopher, tampoco podía ignorar todo el apoyo que Hannah me había dado simplemente renunciando de un día para otro.

De esa manera me convenzo a mi mismo para tomar mis cosas y salir de mi departamento rumbo al largo día que me espera.

Pero es realmente difícil y lo entiendo cuando estoy a punto de cruzar las puertas traseras del restaurante. ¿Realmente me acosté con mi jefe el día de ayer? ¿Cómo pude llegar a esto? ¿Cómo siquiera podré mirarle a la cara ahora?

A true love for MinnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora