A true love for Minnie

☆ Capítulo 15 ☆

¿Existirá alguna manera en la que pudiera detener el tiempo en este momento justo y quedarme a vivir en el por al menos un par de años? Las manos de Minho sujetando de manera firme y casi posesiva mis caderas, mis propias manos puestas sobre su duro pecho sintiendo el rápido correr de su corazón, mis ojos perdidos en el brillo de los suyos. De manera casi inconsciente separo mis labios cuando lo veo desviar sus ojos hacia ellos por una fracción de segundo. Todo parece tan íntimo que por un momento me permito olvidarme del ruido a mi alrededor. En este momento solo somos él y yo, y estoy seguro que en cualquier momento me va a besar, y maldita sea, sería un jodido mentiroso si dijera que no lo deseo. Estoy a punto de cerrar los ojos cuando lo veo sonreír y siento el peso de sus manos alejarse de mi cuerpo.

–Los demás nos están esperando –dice sin dejar de sonreír.

Entonces vuelvo a ser consciente de mi alrededor. La música ahora ya no es lenta. Aún puedo observar algunas parejas disfrutando del baile, pero son claramente menos que hace un momento. Hannah y los demás ya no están cerca de nosotros. Maldigo en mi mente.

–¿Vamos con ellos? –pregunta mientras una de sus manos se dirige hacia mí y yo simplemente la tomo mientras le rezo a todos los dioses existentes que no se haya dado cuenta que estaba a punto se lanzarme a sus labios.

Pasan de las 3 cuando salimos del bar. Intercambio teléfonos con Minki mientras Jonghyeon se despide de todos, antes de acercarse para rodearlo con uno de sus brazos y llevarlo al taxi que ha llegado por ellos. Hannah se encarga de pedir conductores mientras los demás simplemente parecen reírse de cualquier cosa y Minho se mantiene de pie junto a ella, pero no aparta la mirada de donde yo estoy. De alguna manera mi amiga se las ha arreglado para dejarme a cargo de Minho, realmente estoy empezando a pensar que está intentando probar mi fuerza de voluntad y autocontrol.

El peso de las botellas de cerveza y los vasos de líquidos extraños que metí a mi sistema me pegan cuando subo a la parte trasera del auto de Minho. Estoy tan mareado en este momento que cierro los ojos y me recargo en el asiento. Por favor Dios, si tienes un poquito de compasión por mí no me dejes vomitar.

Cuando llegamos Minho me ayuda a bajar del auto ya que mis sentidos parecen seguir un poco nublados. El piso se mueve y apenas puedo mantenerme lo suficientemente estable para no terminar tirado en medio de la calle, pero aún así he tropezado un par de veces. Debo parecerle un chiste a Minho ya que no ha podido ocultar del todo sus pequeñas risas.

De alguna manera logro llegar hasta la puerta de mi hogar sin haber besado el suelo ni una sola vez. Lucho un par de minutos con mis llaves que al parecer decidieron conspirar en mi contra, pero al fin puedo abrir la puerta. Entro con pasos lentos dejando la puerta abierta y quitándome los zapatos en el camino.  Miro hacia Minho, que continúa de pie bajo el umbral.

–¿Quieres pasar? –no tengo idea de dónde saqué el valor para decir eso, pero intento no arrepentirme ni bajar la mirada.

–¿Estás seguro? Debes estar cansado y el conductor aún espera por mis indicaciones.

–Si bueno. No tengo sueño y, no lo sé... ¿que te parece un café? A no ser que alguien esté esperando por ti –mierda, ni siquiera me había detenido a pensar en que tal vez tuviera un novio, o novia. ¿Si quiera le gustan los chicos?

–No, Seungmin. Nadie espera por mí, no hay ningún novio o novia y si, me gustan los chicos.

–¡Maldición! ¿Lo he hecho de nuevo? –pregunto señalando mi cabeza y queriendo desaparecer.

–Eso parece –dice mientras una sonrisa exquisita se posa en sus labios.

–Lo siento.

–¿Por qué? Es realmente divertido pasar tiempo contigo.