CAP. 2: Blair

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El Aeropuerto de Roma-Fiumicino estaba en plena actividad, incluso a primeras horas de madrugada. El aire fresco de la ciudad envolvía a los recién llegados, quienes con cansancio pero emocionados, descendían del avión.

Entre ellos y de último, Randy Blair: hombre de estatura promedio y complexión delgada, piel trigueña oscura, pelo negro salpicado de canas, cejas finas y una barba incipiente en los pómulos; sus ojos verdes brillaban optimismo mientras cargaba con esfuerzo varias maletas grandes. 

Al pisar tierra, respiró hondo, sintiendo que el ambiente era más dulce que en cualquier otro lugar.

—¡Ah, Italia! Por fin una nueva vida... ¡Bienvenido a tu aventura, Randy Blair! —exclamó inflando el pecho con orgullo.

Pero su momento fue interrumpido por una voz femenina detrás de él.

—Papá, deja de hablar solo, ¿quieres? La gente nos mirará raro —murmuró con divertida fulminación Syla Blair: hija única de veinte años de edad, sus rasgos físicos siendo llamativos.

—Lo siento, lo siento. —Intentaba manejar todas las maletas—. Solo me estaba dando la bienvenida como momento protagonista, deja.

—Increíble. —Suspiró negando con la cabeza—. A ver, te ayudo.

—No, princesa, yo puedo solo. Por algo entreno brazo. —Comenzó a bajar las escaleras mecánicas.

—Papá... así dijiste aquel día que fuimos al centro comercial y quisiste llevar todas las bol...

En el intento de controlar las maletas, perdió equilibrio. Resbaló y terminó deslizándose de culo por las gradas y algunas maletas rodaban a su alrededor.

—Sas. Terminaste justo así en el suelo.

El personal del aeropuerto corrió alarmado a socorrerlo, pero él entre risas levantó la mano en señal de estar bien. Desde arriba, Syla estalló a carcajadas, resonando por la terminal. Al llegar a él, lo ayudó a levantarse todavía riendo.

—Es el jet lag, no te preocupes —musitó quitándose el polvo de los pantalones y se dirigió al personal—: Gracias, todo está bajo control.

Juntos caminaron hacia la salida del aeropuerto donde una multitud de personas esperaba a sus seres queridos con pancartas, sonrisas y brazos abiertos. Emocionada al principio, comenzó a buscar entre la gente, recorriendo cada rostro en busca de su mejor amigo de infancia: Aksis Falco, quien les había prometido que los esperaría. Randy también revisaba alrededor con ceño fruncido.

Ya con frustración acumulándose, la chica sacó el celular y marcó su número.

Flashback

Desde Ontario y por años, Syla mantenía videollamadas seguidas con Aksis, y de tantas pláticas triviales y sesiones de videojuegos, planeaban cada detalle de su paradero en caso de interciclo universitario manejado por UNION; hasta que ya se acercaba esa fase. Ambos se emocionaban por reencontrarse después de tanto tiempo, a decisión de ella en elegir Europa. Aksis, siendo tres años mayor, por haber regresado a su ciudad natal para continuar sus estudios de medicina, había ofrecido a los Blair la posibilidad de quedarse en su casa mientras se adaptaban al nuevo entorno.

Syla aceptó encantada pero dubitativa, porque no tenía costumbre a salidas triviales ni mucho menos salir del país ni en estancias por fobia social. Pero si iba a hacerlo acompañada, pues no se quejaría; en cambio, agradecería por tener a su padre y mejor amigo al lado para esa nueva etapa. Aksis le animaba e insistía en que todo iba a estar bien. Confió en él.

Fin del flashback

Pero ahora mientras intentaba llamarlo, Aksis no contestaba. Syla miraba la pantalla mostrando aquel perfil de South Park compartido con el suyo el "Sin respuesta". Su enfado aumentaba mientras persistía. El padre intentó calmarla, pero mejor enmudeció cuando le lanzó una grotesca mueca que iba a perder los estribos.

DULCE AMARGURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora