CAP. 10: Inestable

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Tercera parte

Randy golpeó la puerta con fuerza, el sonido resonando por todo el vecindario. Rafael ya no esperaba visitas, mucho menos de un padre capitán oficial furioso. Al abrir la puerta, se encontró frente a un hombre que emanaba ira contenida, un hombre que venía a exigir justicia.

—¿Rafael Rune? —No necesitaba confirmación.

El mencionado palideció al instante. Sabía por qué estaba allí su exsuegro; pese a tratar de justificar, sabía que todo sería indefendible.

—Estás arrestado por agresión —declaró autoritario, mostrando las esposas que brillaban bajo la luz del porche.

—¡Por favor, escuche! —suplicó—. No quería lastimarla, pero... ¡ha sido demasiado! ¡Yo también soy una víctima aquí! ¡Su hija siempre estuvo inestable!

Randy, sin embargo, no quería soportar escuchar lo que tanto vivía al lado de su hija. En cuestión de segundos, Rafael fue esposado y conducido al auto policial que esperaba en la entrada. Los vecinos, atraídos por el ruido, se asomaban desde las ventanas, murmurando y especulando.


Rune fue llevado directamente a una sala de interrogatorios en la estación de policía. Randy, con amargura y desprecio en su cara, se mantuvo al otro lado de la mesa. El aire entre los tres estaba cargado de agobio psicológico.

—¿Cómo pudiste hacerle esto a mi hija? —pronunció con lentitud.

—Llorando, buscó la mirada del capitán, intentando encontrar un rastro de compasión—. No quería... —Quebrantándose—. Durante cinco años, aguanté cada palabra hiriente, cada manipulación... ¡Yo la amaba! Pero esta noche... no pude más.

—No me hagas reír —mofándose—. ¡Para que saciaras tu complejo de ser amado con otra tipeja! ¡Eso no es amar cuando se trata de escuchar! ¡¿Tanto te costaba hablar con Syla, apoyarla o romper mutuamente?!

—¡Ella es la que no ama de verdad! —Estalló en llanto—.

Randy apretó los dientes, tratando de contenerse. Quería creer que había más en la historia, pero las marcas en el rostro de Syla eran evidencia suficiente para él como para dañarse a sí mismo como padre.

—Y que no te amara y jugara solo con tu mente, te condujo a agredirla... —ironizó—. Nunca hay una justificación para la violencia, Rafael. No debiste explotar porque admites que ella nunca te ha golpeado... Si no fuera esto la comisaría, aseguro que ahora mismo te partiría los brazos, cortaría tus pelotas y arrancaría tu cabeza para dárselos de comer a mis pastores alemanes... Por tocar a mi hija —amenazó destilando odio.

—Las palabras fueron golpes para que lo hiciera... —Bajando la cabeza.

—Y los golpes son visibles a pagar, marica de mierda.

******

En otra sala de la estación, Syla se sentó frente a Ed, apagada, aún mostrando los signos del altercado.

—Syla, cuéntame qué pasó —solicitó tranquilamente, tratando de ofrecer un poco de consuelo.

—Sus ojos, aún hinchados por las lágrimas, apuntaban fijamente a la mesa—. Él... Rafael nunca me había tocado antes, no físicamente. Pero hoy... discutimos y algo en él... cambió. Por mi culpa. Todo ha sido mi culpa.

—¿Había alguna señal de que esto podría suceder?

—Él siempre fue paciente conmigo —admitió—. Pero una pequeña causa fue la especulación de que me haya sido desleal... Le di una cachetada cuando él me estaba comparando... y él... él simplemente perdió el control.

—¿Y es cierto que él prefirió a otra chica más estable?

—Puede ser... La verdad, eso no me importa; sino el que yo afecte a los demás por mi ser... Yo no solía ser así.

******

—Sí. Karla Smith era mi consuelo y refugio para llegar a enamorarme. Debí ser claro con Syla...

******

Mientras tanto, la noticia del arresto de Rafael llegó rápidamente a la institución. Los rumores corrieron como un reguero de pólvora y pronto todos hablaban sobre el escándalo. El comité disciplinario se reunió de inmediato para discutir el curso de acción.

El director del colegio revisó la información que había llegado a su escritorio: que uno de todos sus estudiantes de último año general había sido arrestado por agredir a su pareja, también estudiante de dicha promoción de bachiller.

No podían permitir que un incidente como ese se desarrollara sin consecuencias. Hasta ser resuelto el asunto legalmente, Rafael Rune fue suspendido. No querían arriesgarse a la inseguridad estudiantil. La decisión fue unánime.

******

Rafael fue llevado a una celda temporal, donde se sentó solo, con la cabeza entre las manos.

Randy, observando a través del cristal, deseaba que ese chico manejara sus impulsos para problemas futuros y fuera mejor hombre. Vio en ambos el recorrido que no pudo notar de una relación tóxica. Pero como padre, su deber era claro. Mientras abrazaba a Syla, aseguró que también ella comenzaría terapia para salir adelante como él pudo con el pasado; dispuesto a hacer lo que fuera necesario para protegerla y apoyarla en volver a brillar.

Fin del flashback

DULCE AMARGURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora