Perfect Doom | Twilight | Alec Volturi [Proceso]

Capítulo dos

Bella cerró la puerta de su casa y se subió a su camioneta dando marcha. Mientras se alejaba cada vez más de su hogar, se lamentaba demasiado por las crueles palabras que utilizó contra su padre.

En medio de sus pensamientos, sintió un golpe a su costado, siendo exaltada por Edward quien se sujetaba de la puerta del conductor.

—Tu padre te perdonará—le aseguró mientras abrió la puerta del conductor—Déjame conducir a mí.

Sin decir nada, Bella se pasó al asiento del copiloto y ágilmente Edward entró a la camioneta tomando el volante.

La conversación seria que tenían fue interrumpida por un golpe brusco sobre el techo del vehículo.

—Tranquila, es Emmet. Alice nos sigue en el auto de atrás.

Pocos minutos después llegaron a casa de los Cullen.

Carlise junto con Esme y todos sus hijos se reunieron en el garaje de la enorme casa luego de que Laurent les informara del peligro que corría la humana por James y Victoria.

—He podido pelear con los de nuestra especie, son difíciles de matar—advirtió Jasper.

—Pero no imposible, los despedezaremos y quemaremos sus partes—dijo Emmet, seriamente.

—No me entusiasma la idea de matarnos, incluso a alguien tan sádico como James—añadió Carlise.

—¿Y si mata a uno de nosotros primero?—murmuró Rosalie en desacuerdo.

—Llevaré a Bella al sur, ¿Pueden distraer al rastreador?—le preguntó Edward a su padre.

—No. James sabe que jamás la abandonarías. A donde sea, los seguirá—le advirtió Carlise.

—Yo iré con Bella, Jasper y yo la llevaremos al sur—intervino Alice.

—¿Puede Jasper manejar esto?—articuló Edward.

—Dale algo de crédito Edward, lo está haciendo demasiado bien considerando todo—le respondió la pelinegra.

—Estará bien Edward. Sabes que si—le dijo Carlise de nuevo.

Edward, mientras miraba a todos, recordó quienes volverían.

—¿Cuándo llegan Brenna y Hannah?—preguntó mirando a Carlise.

—No me han respondido—respondió Alice—No he visto visiones de ellas hoy.

—Deben estar bien—Carlise volvió a hablar—En cuanto vean la llamada de Alice, sabrán que deben venir y lo harán. En cualquier momento, estarán con nosotros de vuelta.

—Las necesitamos.

—Ya vendrán—dijo por último su padre.

Sin insistir más, Edward miró a Jasper.

—¿Puedes manejar esto?

Aunque sabía y consideraba que lo estaba haciendo demasiado bien, Edward quiso preguntarle a él y asegurarse mejor.

—La protegeré, Edward.

Una vez que Alice guío a la humana lejos de su hermano, este pudo concentrarse mejor.

—Rosalie, Esme, ¿Pueden colocarse esto para que el rastreador siga el aroma de Bella?—Edward les ofreció dos pares de abrigo para que se pusieran.

—¿Por qué?—cuestionó la rubia—¿Qué es ella para mí?

Carlise se acercó hacia ella.

—Rosalie, Bella está con Edward. Es parte de nuestra familia ahora—murmuró—Y nosotros protegemos a nuestra familia.