>[SOBRE NOTAS]<

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Ace se despertó con la suave luz del amanecer filtrándose a través de las ventanas de su camarote. Sus orejas de lobo se movieron ligeramente al captar los sonidos del barco, mientras su cola se enroscaba bajo las sábanas. Se estiró perezosamente, disfrutando de la brisa marina que acariciaba su piel. Al darse la vuelta en su cama, su mano rozó algo suave y crujiente debajo de su almohada. Parpadeó, aún medio adormilado, antes de sacar el pequeño rollo de papel.

Otra nota.

Ace sonrió mientras desdoblaba el papel y leía las palabras cuidadosamente escritas:

"Bajo el cielo estrellado,tus ojos brillan,
como el fuego que arde en lo profundo de tu ser.
Con cada paso que das en la cubierta,
el mundo se vuelve un lugar seguro"

Ace suspiró, dejando que una sonrisa suavizara sus facciones. Sabía que el misterioso admirador que había estado dejando estos poemas era alguien cercano, alguien que conocía sus costumbres y sabía cómo sorprenderlo. Guardó el poema con cuidado junto a los otros que había recibido en los últimos días. Se levantó, sus orejas moviéndose con la brisa mientras su cola se balanceaba ligeramente.

Decidido a descubrir al autor de los poemas, Ace salió de su camarote y se dirigió al lugar donde sabía que encontraría a "el viejo". Caminó por la cubierta, donde los tripulantes lo saludaban con respeto. Al llegar a la gran silla donde descansaba Barba Blanca, Ace se detuvo, con su cola de lobo ondeando con un poco de nerviosismo.

-Viejo, ¿tienes un momento? -preguntó Ace, sus orejas se agitaron al captar la risa de un par de tripulantes cerca.

Barba Blanca, con una sonrisa afable, lo miró con curiosidad.

-¿Qué necesitas, muchacho? -respondió con su voz profunda.

Ace sacó el pequeño rollo de papel y lo mostró.

-He estado recibiendo estos poemas. Me pregunto si tienes alguna idea de quién podría estar detrás de esto.

Barba Blanca tomó el papel con sus grandes manos y lo leyó detenidamente. Su mirada se suavizó mientras leía las palabras.

-Es un buen poema -comentó, devolviéndoselo a Ace-. Pero no tengo idea de quién podría ser. Aunque me alegra saber que alguien te aprecia tanto.

Ace suspiró, un poco frustrado, pero agradecido por la respuesta. Entonces, tuvo una idea: si no podía descubrir al autor a simple vista, tal vez podría hacerlo a través de su escritura. Decidido, miró a Barba Blanca.

-¿Podrías escribir algo para mí, viejo? Solo una pequeña frase -le pidió, sacando un papel y una pluma.

Barba Blanca alzó una ceja, pero accedió, escribiendo unas pocas palabras antes de devolverle el papel a Ace.

"Sigue siendo fuerte Ace"

Ace observó la caligrafía y comparó las letras con las del poema. No coincidían.

-Gracias, viejo -dijo Ace, un poco más decidido. Guardó el papel y se dirigió al siguiente comandante.

Primero fue con Jozu, que lo miró con confusión cuando le pidió que escribiera algo.

-¿Es esto una prueba? -preguntó Jozu, pero aún así escribió una frase rápida.

"No olvides tu fuerza Ace"

Ace comparó las letras, pero no había coincidencia.

Siguió con Vista, que escribió con una caligrafía elegante:

𝙼𝚒 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘 𝚕𝚘𝚋𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚙𝚎𝚌𝚊𝚜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora