GOLPE AVISA || Vi ° Arcane

Capítulo 7: Quédate esta noche, te venderé un sueño.

La pasion entre Acacia y Evie se despliega como una danza exquisita bajo las suaves luces de la habitación. Cada caricia es un suspiro, cada beso una promesa de un momento eterno. Las manos de Acacia vagan por los lugares más secretos de Evie, trazando patrones de deseo en su piel, mientras Evie responde con gemidos suaves, y Acacia con palabras susurradas en un idioma olvidado. Cada beso es fuego, cada roce electricidad, y juntos, escriben un poema de amor escrito solo para ellos.
               La pasion entre Acacia y Evie las hace moverse sincronizadas. Cada gesto un eco del otro. Sus miradas se encuentran, y en ellas solo hay deseo y una conexión profunda que va más allá de lo físico. En ese momento, el tiempo parece detenerse mientras exploran el cuerpo de la otra, descubriendo secretos íntimos que solo ellas comparten. Sus alientos se mezclan mientras Acacia susurra nombres, palabras de amor y promesas de noches interminables llenas de ternura, mientras Evie no se esfuerza por contener cualquier cosa que su garganta quiera soltar, y con fuerza, trata de delinear el nombre de Acacia en sus labios.
               La pasion entre Acacia y Evie es indudable, y los sentidos se entrelazan: sonidos de gemidos ahogados, sabores de sudor y deseo, texturas de piel contra piel. Ambas completamente absortas en su pasión mutua, y el mundo exterior desaparece a su alrededor. Sus dedos, lenguas y labios exploran cada curva y rincón, dejando un rastro de fuego y excitación a su paso. Mientras se entregan a la pasión, es como si el universo se redujera a ese momento, donde solo existe el deseo, el amor y la conexión intensa entre ellas.
               La pasion entre Acacia y Evie culmina y llega como una ola poderosa. Se aferran la una a la otra mientras el placer las envuelve completamente. Sus cuerpos se estremecen con las oleadas de sensaciones, y sus voces se pierden en gemidos de éxtasis. Parece como si el mundo se hubiera desvanecido, y solo existiera ese momento de abandono y felicidad compartida. Y mientras las ondas de un orgasmo se disipan, Acacia y Evie se miran a los ojos, sabiendo que ese momento de conexión y pasión es solo el comienzo de un viaje lleno de descubrimientos y amor.

                La pasión entre Acacia y Evie...

Acacia y Evie despertaron juntas, entre las arrugas de las sábanas y la calidez de sus cuerpos entrelazados. El sol entraba suavemente por la ventana, deslizándose sobre su piel desnuda y arrojando sombras suaves en las paredes. Ambos se miraron a los ojos, todavía llenos de deseo y ternura de la noche anterior, y sabían que ese momento compartido era solo el comienzo de algo especial. Con una sonrisa, Acacia acarició suavemente la mejilla de Evie y compartió un beso suave lleno de ternura mientras le acariciaba la espalda.

                    —Hmmph... feliz cumpleaños, nena.—Acacia dijo en una voz soñolienta, ronca. Evie solo sonrió calidamente. Su cabello aún estaba desordenado y sus mejillas estaban sonrojada.

              Evie se levantó un poco, revelando su pecho, y apoyándose en los codos. Se acercó un poco a Acacia y le dio un beso en la nariz mientras le frotaba la cintura lentamente. Acacia rió suavemente. Evie liberó sus manos y señaló a Acacia.—Eso fue increible.

               Acacia entendió el gesto de Evie y una sonrisa se formó en sus labios. Se inclinó hacia delante y tomó las manos de Evie en las suyas.

                    —Tú eres increible.—Respondió ella, acariciando suavemente los dedos de Evie con sus pulgares. Acercó los labios a la sien de Evie y dejó un suave beso allí, dejando que el afecto fuera palpable incluso sin palabras. Estiró sus dedos y señaló.—¿lista para esta noche?

                Evie asintió y suspiró, mirando la coleccion de relojes en la pared de la pirata. 3:25pm. Acacia se mordió el labio.

                    —¿Qué?
                   
                    —¿Segura que quieres recorrer los Jardines de Zaun?—Preguntó Acacia, un poco indecisa. Evie asintió y rió un poco, dándole tranquilidad a su novia.—Es diferente. Ahí es diferente.