Capítulo 13: Vendiste a tus amigos como pistoleros a sueldo.

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Mientras Danilo acompañaba a Acacia hacia casa de Vander, notó su evidente miedo. Sabiendo lo que había sucedido en el burdel, se quedó cerca y mantuvo un agarre protector en ella al atravesar a la oleada de borrachos de La última Gota.

                    —¿Y tu jardín de niños?—Acacia llegó a la barra, preguntando a Vander con brusquedad.

               Vander, que se encontraba sirviendo un trago en ese momento, levantó la vista al ver al par entrar. Su expresión se volvió ligeramente sorprendida por el tono de Acacia, pero mantuvo la calma y le contesto:

                    —Ya están todos durmiendo. ¿Qué pasa?

                    —No es cierto.

               Vander siguió a la par mientras ella se abría paso hacia la guarida y se dirigía a las literas. Su expresión de sorpresa se transformó en una de preocupación al observaba su comportamiento frenético. Suspiró ligeramente antes de dejar a alguien a cargo del bar y caminar tras ella, con la duda clara en su rostro.

                    —Acacia, son las dos de la mañana y deben levantarse temprano.—Vander trató de detenerla.

               Al entrar a las literas, Acacia buscó los cuerpos que estaban en ellas. Sus ojos viajaban por cada una y cada chico, asegurándose de que estuvieran a salvo y durmiendo plácidamente.—Te falta el mocoso de cabello estúpido.

                    —Acacia, Mylo está durmiendo en el sofá.

                    —¿Dónde está Powder?

               En el momento en que Acacia preguntó por ella, la puerta frente a ellos se abrió, y dos niños entraron con vasos de leche tibia en cada mano. Ekko era el primero en entrar, pero Powder venía justo detrás de él con su cara sucia, ambos susurrando y riendo.

               Powder dio un pequeño saltó cuando vio a Acacia acercarse con brusquedad, y dejo escapar un pequeño chillido de sorpresa en la habitación. Observó a Acacia con los ojos bastante abiertos cuando la vio acercarse aún más. Vander estuvo a su lado y le puso una mano en el hombro en un intento de detenerla. No podía decir si su comportamiento era causado por el estrés o el alcohol, pero no estaba seguro de si debía dejarla acercarse tan brusca hacia la pequeña.

                    —¿Dónde demonios estaban ustedes dos?—Dijo bruscamente con un tono de ansiedad en su voz. La preocupación era clara en sus palabras mientras observaba a Ekko y a Powder uno por uno.

               Ambos parecían ligeramente sobresaltados por su repentino comportamiento, pero Powder retrocedió ligeramente. Sus ojos estaban llenos de preocupación, y dejó a su lado la taza de leche que había estado sosteniendo.

                    —Yo...

                    —¡Habla!

               Su urgencia aumentó aún más cuando le exigió a Powder que hablara. Powder retrocedió aún más, y sus ojos estaban llenos de miedo. Antes de que pudiera responder, Ekko dio un paso adelante y le habló con calma.—Fuimos a buscar un poco de leche tibia... no podíamos dormir...—Explicó Ekko tranquilamente, claramente tratando de aliviar la situación. Su tono calmado era un contrapunto a la urgencia de Acacia.

                    —¡¿Leche?! ¡¿Qué tipo de leche?! ¡¿Flores de leche?!"

                    —No, no, no... solo leche.—Refutó Ekko, sacudiendo la cabeza ligeramente mientras la miraba. Su rostro mostraba una mezcla de alivio y confusión al darse cuenta de que estaba a la defensiva. La leche aún humeaba ligeramente dentro del vaso, sin rastros de alguna sustancia extraña. La levantó para que Acacia la viera.

GOLPE AVISA || Vi ° ArcaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora